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Salud en crisis

Saturación de hospitales alarma en Santa Cruz

> Una mujer que debía ser atendida e internada, por falta de una cama, pasó la noche sentada en una silla de plástico


Los pacientes por falta de espacios y camas disponibles son atendidos hasta en el suelo.

Los médicos de turno y personal de los centros hospitalarios, atienden a los pacientes hasta en el suelo. Una mujer que tenía que ser atendida e internada, por falta de una cama, pasó la noche sentada en una silla de plástico, bebés que duermen en un consultorio de ginecología, dos pacientes comparten una cama, un hombre es atendido en el piso, son solo algunos hechos dolorosos que reflejan el estado crítico de la salud en Bolivia.

Por una página de Facebook, médicos suben fotos del hacinamiento que hay en los hospitales públicos de Santa Cruz, lo que hace notar la necesidad de acciones urgentes para mejorar las condiciones de los servicios de salud en el país.

Lo que pasa en los hospitales, como en las salas de emergencia, de reanimación, consultorios, y todo lugar de atención médica, fueron publicados en imágenes, por un grupo de médicos mediante el Facebook.

La página se llama Sala de Emergencia y contiene fotos de distintos hospitales de segundo y tercer nivel que muestran la cruda realidad de un día cualquiera. La iniciativa quiere hacer conocer la situación de las salas de emergencia y cómo trabaja el personal de salud; los médicos que ahí postean y se preguntan si ¿podemos mejorar las condiciones?

Una de las fotos muestra a un paciente literalmente en el piso, descalzo, al que están reanimando con un desfibrilador (aparato electrónico que restablece el ritmo cardiaco). “Con mucha vocación y ganas para atender, sin medios físicos para hacerlo. Ni siquiera una cama.

El primer establecimiento de salud del recorrido fue el Hospital Japonés donde, sin ánimo de exageración, es desesperante la situación.

Beatriz Cuéllar tiene 70 años, es paciente con pie diabético y requiere internación. Llegó el viernes por la noche, pero como no hay cama para internarla durmió sentada en una silla de plástico adentro de un consultorio en el que el sábado por la mañana ya había 10 personas más, acomodadas de a dos por camilla o sentadas, incluso detrás de la puerta.

La doctora María del Carmen Serrate estaba de turno en observación y consultorio pediátrico. No pudo ocultar la realidad, siete niños están usando el consultorio de Ginecología mientras esperan por un espacio de internación. “Están donde no deberían estar, en un consultorio. Si llega una mujer en trabajo de parto nos van a desalojar. Mire, las camillas donde están esos dos son prestadas de las ambulancias del Sisme, porque ya no tenemos más dónde ponerlos”, confesó.

Por su parte, el doctor José Luis Daga, del servicio de cirugía, tiene 12 pacientes en un consultorio de emergencia. “Como no hay dónde más internarlos se quedan en el consultorio de evaluación. En una habitación pequeña están hacinados los 12 pacientes, que a su entender, han ido aumentando desde que está en funcionamiento el SUS. “Para albergar más gente hay que equipar más hospitales y construir más”, deduce con simple lógica.

La situación es de alarma, hay pacientes no contaminados mezclados con casos que sí están. “Tengo tres pacientes con pie diabético infectados con conducta quirúrgica para amputar el pie -para que me entienda la gente sencilla- está podrido y es un medio de transmisión de infección”, revela con preocupación.

La doctora Aydée Mamani, de la sala de reanimación pediátrica, dice que ahí debería de haber tres pacientes como máximo, pero ahora hay ocho. “Esta sala tendría que ser transitoria, pero aquí se quedan ante la falta de espacio de internación. Hay una licenciada en enfermería para toda la sala. Ya se ha hecho la solicitud de personal de enfermería, pero nada. Mire, en las camillas están acomodados de a dos, con riesgo de sufrir una caída y la responsabilidad recae sobre el personal médico”, reclama.

En el ingreso por emergencias al Hospital Francés salta a la vista un pasillo cerrado y contra la pared, una cama con una joven de 17 años acostada, con un ventilador, colchón y sábanas que su familia tuvo que llevar para mejorar las condiciones en que tuvo que ser internada por tener dengue con sangrado de encías, cuadro que complica su condición preexistente: un problema cardiaco.

Mucho más allá, en el Hospital Municipal de la Villa la Emergencia luce abarrotada, pero nadie quiere hablar, dicen que desde la Secretaría de Salud llegó una nota diciendo que solo el director puede declarar, pero por ahora está de vacaciones.

 
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