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[Jorge Espinoza]

Economía boliviana en el Siglo XXI


El análisis se hará de 2001 a 2019, porque 2020 fue un año totalmente irregular, por la pandemia del coronavirus y no se tienen datos completos ni fidedignos. El Siglo XXI arrancó con una gran crisis económica, por los bajos precios de los productos básicos, de gran influencia en un país extractivista como el nuestro. A la declinante minería (MIN) que desde la fundación de la república aportó con divisas y tributos y de hidrocarburos (HID), se sumó productos no tradicionales (PNT) como soya, quinua, almendras, joyería, etc., que lideró las exportaciones entre 1996 y 2004. La fuerte subida del precio de los productos básicos desde 2004 y el incremento del volumen de exportación de gas natural (GN) desde 2005 y de la minería desde 2008, por la excepcional puesta en marcha de 3 nuevas operaciones en 3 años seguidos, incrementaron los valores de exportación, que subieron fuertemente desde 2006 (4.088 M$us) hasta el máximo de 2014 (12.889 M$us) y luego comenzaron a bajar. HID (casi en su totalidad GN) ocupó el primer lugar entre 2005 y 2015, alcanzando su tope en 2013 con 6.683 M$us y luego fue bajando hasta 2016 con 2.198 M$us. Desde 2016 la minería retomó el liderazgo de las exportaciones que ocupó entre 1825 y 1982 y entre 1988 y 1993.

Las exportaciones entre 2001 y 2005 totalizaron 9.198 M$us, con un promedio anual de 1.840 M$us (MIN 690, HID 412 y PNT 738 M$us), mientras que la década prodigiosa de 2006 a 2015 totalizó 83.057 M$us, con un promedio anual de 8.306 M$us (MIN 2.570, HID 4.050 y PNT 1.685 M$us). Como dato comparativo, las exportaciones entre 1980 y 2000 (21 años) totalizaron 19.147 M$us (un promedio anual de 912 M$us, el 11% de lo exportado entre 2006 y 2015). Interesa hacer notar que la minería entre 2006 y 2015 pagó entre impuestos, regalías y patentes el 10% del valor de venta (VV), por tener costos de producción demasiado elevados comparados con los de hidrocarburos, mientras que de acuerdo con la Ley 3.058 de Hidrocarburos (17/05/05), éstos pagan el 18% de Regalías, 32% de Impuesto Directo a los Hidrocarburos, ambos sobre el VV que suman 50%, que con el Impuesto a las Utilidades de las Empresas del 25% y el Impuesto Especial a los Hidrocarburos y Derivados de alícuota variable, supongo que en dicha década pasaron del 60% del VV. Los PNT con seguridad aportaron porcentualmente menos que la minería. Lo que entonces produjo el auge económico sin precedentes en la economía boliviana fue la exportación de GN a Brasil y Argentina. Asumiendo tributos del 60% del VV, en la década de oro por el GN habrían ingresado a las arcas fiscales 24.300 M$us. La minería habría aportado 2.570 M$us.

Aunque se emprendieron proyectos monumentales que demandaron miles de millones de dólares con resultados negativos (planta de urea de Bulo Bulo, planta separadora de líquidos de Gran Chaco, planta de gas licuado de Río Grande, carreteras, estadios, aeropuertos, mejoras en las dos refinerías, ingenio azucarero San Buenaventura, etc. etc.) y haberse incrementado sobremanera el aparato público, las Reservas Internacionales Netas (RIN) fueron subiendo de 1.077 M$us en 2001 al máximo de 15.123 M$us en 2014 y cayeron a 6.468 M$us en 2019, casi en la medida del aumento o disminución de las exportaciones de GN. Al 30/06/20 las RIN bajaron a 6.272 M$us.

A pesar de la tremenda disminución de los ingresos fiscales, para subir el valor del Producto Interno Bruto (PIB) nominal y mantener el liderazgo de su incremento en Sudamérica, se mantuvo una elevada Inversión Pública (IP) en las obras mencionadas, la IP de 879 M$us en 2006, subió hasta 4.892 M$us en 2015, llegó a 5.065 M$us en 2016 (en plena crisis) y luego empezó a bajar. Mientras la Inversión Privada de 712 M$us en 2005, subió hasta 2,849 M$us en 2014 para después bajar mucho. El mayor incremento del PIB se dio en 2013 con 6,80%, que fue disminuyendo paulatinamente hasta 2019 con 2,22%. Sin embargo, existen otros indicadores económicos como el PIB nominal y el PIB per cápita, que no se los mencionó porque nos eran adversos. Por ejemplo, en 2018 el incremento del PIB nominal fue de 4,22%, evidentemente el más alto de Sudamérica, pero nuestro PIB nominal de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, ocupó el décimo (último) lugar con 41.833 M$us, detrás de Paraguay con 41.851 M$us, siendo el primero Brasil con 1.909.386 M$us. En cuanto al PIB per cápita, ocupamos el 9º lugar con 3.549 $us, (Venezuela con 3.463 $us) y el primero fue Uruguay con 17.278 $us. La inversión pública favoreció la creación de empresas de servicios que crearon fuentes de trabajo y pagaron impuestos. El Servicio de Impuestos Nacionales indica una recaudación de 2.101 M$us en 2006, que subió hasta 7.144 M$us en 2014, bajó a 5.453 M$us en 2016 y a 4.565 M$us en 2019.

Como los gastos fiscales fueron mucho mayores a los ingresos, la diferencia se cubrió disminuyendo las RIN y apelando a la Deuda Externa e Interna que fueron subiendo sostenidamente. La Deuda Externa subió de 2.208 M$us en 2007 a 11.268 M$us en 2019. La Deuda Interna subió de 3.108 M$us en 2007 a 6,362 M$us en 2019, haciendo una deuda externa e interna total de 17.630 M$us a 2019. A junio de 2020 las deudas externa e interna alcanzaron 11.300 M$us y 8.080 M$us, totalizando 19.380 M$us, vale decir en solo 6 meses ambas deudas subieron en 1.750 M$us, que añadidas a la disminución de las RIN de 196 M$us suma 1.946 M$us, en que incurrió el gobierno transitorio, algo inconcebible, aunque explicable en parte por la pandemia del coronavirus que obligó a cuarentenas totales y al pago de bonos. Desde 2006 hasta 2013 hubo Superávits Fiscales y desde 2014 hasta 2019 se dieron Déficits en relación con el PIB de -3,4%, -6,9%, -7,2%, -7,8%, -8,1% y -7,8%, mientras que la Balanza Comercial arrojó déficits (importaciones mayores a exportaciones) a partir de 2015 con -920, -1.287, -970, -936 y -289 M$us. El déficit fiscal del 2018 sería 8,1% x 41.833 M$us = -3.388 M$us. Los últimos años tuvimos los déficits fiscales más altos de Sudamérica.

Las reservas de GN son bajas, su producción es decreciente, así como su exportación por los menores requerimientos de Brasil y Argentina. En el sector minero hay un solo proyecto de tamaño mediano que podría hacerse realidad, pero no podrá compensar el cierre a corto o mediano plazo de San Cristóbal (la operación histórica más grande de la minería boliviana) y otras empresas medianas. No se vislumbran ni se han proyectado ni siquiera a mediano plazo, otras operaciones no necesariamente extractivas que puedan reemplazarlas, lo que golpeará severamente la economía, especialmente del occidente del país.

En suma, se desperdició la mayor bonanza económica de nuestra historia, para desarrollar una economía integral que vaya reemplazando al extractivismo. Lamentablemente hasta ahora ni siquiera se han tomado medidas para rebajar el exagerado gasto público, tomar decisiones respecto a las muchas empresas públicas deficitarias o que no funcionan y frenar la corrupción (en 2018 Bolivia ocupó el puesto 132 de 180 países, según Transparencia Internacional). Ojalá la solución no venga por el desastre.

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

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