La crisis provocada en la economía, por efecto del coronavirus, tiene mayor incidencia en los marginados, en los imposibilitados de alcanzar con su trabajo mejores condiciones de vida, especialmente tiene incidencia en quienes, a más de padecer extremos de pobreza, se encuentran enfermos y necesitados de atención médica, medicamentos y mejoras en su alimentación. Triste y dolorosa es la situación del que no tiene posibilidad de mejorar sus ingresos porque las mismas condiciones de crisis y urgencias financieras que precisa el país impiden contar con más, disponer de ingresos extras para atender los casos extraordinarios que, especialmente en tiempos de pandemia, se presentan con más fuerza.
Uno de los propósitos que albergan los países pobres y subdesarrollados es acceder a inversiones financieras y tecnológicas para cambiar la economía de pobreza en que se pueda atender, siquiera medianamente, a los más postergados que viven en condiciones paupérrimas; cambiar medios y formas de vida para trocar la miseria en alguna disponibilidad, es labor que está encomendada a gobiernos y gobernados porque todos estamos llamados a cambiar las condiciones de vida de nuestro entorno que está deteriorado en demasía; cambiar situaciones de abandono y enfermedad que, en casos, se agrava por la presencia de la pandemia que causa más víctimas, postergando remedios y soluciones que la pobreza no deja alcanzar.
Los extremos que se vive en tiempos de pandemia sugieren la urgencia de cambios, de profundizar en el conocimiento de realidades en que vive un 65% de la población mundial y que es de pobreza y hasta una tercera parte de ese porcentaje que está en condiciones de extrema pobreza que llega hasta estados de miseria. Son, pues, los cambios en los sistemas económico-financieros los que pueden ablandar corazón, vida y sentimientos de los que más tienen, de los que podrían ampliar las fronteras de lo que ganan, cambiando conductas y procedimientos mediante la inversión de capital financiero y humano junto a la tecnología, para que sean los pobres quienes produzcan lo que necesitan de bienes de uso y consumo y, con ese trabajo, lograr utilidades a compartir con quienes han realizado inversiones; en otras palabras, invertir para ganar más y sacar de la pobreza a esos pueblos, liberándolos de la ayuda y la dependencia que, aunque, siempre hace bien, los acostumbra mal y evita que sean libres completamente.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |