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LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA SEXTA PARTE


RECORDEMOS QUE...

La Investigación Científica es un proceso ordenado y sistemático de indagación en el cual, mediante la aplicación rigurosa de un conjunto de métodos y criterios, se persigue el estudio, análisis o indagación en torno a un asunto o tema, con el objetivo subsecuente de aumentar, ampliar o desarrollar el conocimiento que se tiene de este; es decir, que a través de la observación, reflexión, control y medición se puede generar o aportar conocimientos científicos.

LOS MÉTODOS DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

El método científico se hace concreto en las diversas etapas o pasos que se deben dar para solucionar un problema. Esos pasos son las técnicas o procesos. Los objetos de investigación determinan el tipo de método que se va a emplear.

Los métodos de investigación científica se dividen epistemológicamente en dos: empíricos y teóricos; pero, en realidad, en el proceso de investigación, estos métodos nunca están separados. Unos y otros emplean técnicas específicas, lo mismo que técnicas comunes a ambos. Se debe destacar que la relación planteada no está en contraposición.

MÉTODOS EMPÍRICOS

Los métodos empíricos son:

El hecho. Se ha dicho que la ciencia táctica parte de hechos. El hecho es un fragmento de la realidad objetiva que puede captarse con los instrumentos materiales (como el microscopio, el telescopio, una balanza, etc.) y teóricos que una determinada disciplina haya desarrollado, e incluso determinados hechos pueden ser captados por los órganos de los sentidos. El hecho es el fundamento de la teoría, porque a partir do él se construye una explicación (teórica) del mismo. Dicha explicación ha de contrastarse continuamente con los hechos para ratificar su veracidad o falsedad. La constrastabilidad de la teoría con los hechos es el principal criterio do verdad de una ciencia.

Actualmente se le atribuyen al hecho algunas características:

El hecho existe independientemente de que un investigador lo haya descubierto o no. Los hechos no son parte de la teoría, sino que están fuera de ella, no obstante nos enteramos de ellos a partir de su enunciación teórica, a pesar de que lo que sabemos de un hecho puede solo ser una distorsión del mismo. Los hechos son auténticos, simplemente existen, y no debe haber la más mínima duda acerca de ellos. El problema reside en saber si lo que se ve en el hecho es todo lo que este es en sí.

Los hechos son invariantes, lo que cambia es la manera de percibirlos; por ejemplo, hay que recordar la manera en que fue cambiando la imagen del universo desde los antiguos pensadores griegos hasta los modernos investigadores. Tal vez ahora mismo la concepción del universo esté todavía lejana de la realidad, pero es mucho más precisa que las anteriores. El proceso de conocimiento se inicia en la elección y definición de los hechos y luego se mueve a su interpretación teórica. Pero, paradójicamente, la elección de los hechos depende de los conocimientos previos, o teorías que sirven de referente. En resumen, el trabajo del científico consiste en explicar los hechos de la realidad; ellos son el fundamento de todas las elaboraciones científicas y conforme crece su conocimiento en torno a los hechos el científico es capaz de diferenciarlos.

La observación. Es el primer procedimiento de carácter empírico, en el cual pueden distinguirse:

* El objeto de la observación.

* El sujeto de la observación.

* Los medios para la observación.

* Las condiciones de la observación.

* El sistema de conocimientos a partir del cual se formula la finalidad de la observación y se interpretan los resultados de esta.

Observar no es pasar la vista por encima, sino buscar unos elementos de juicio siguiendo un orden conceptual, ya que el que unos datos desnudos constituyen elementos de juicio o pruebas presupone ya que habrán de funcionar dentro de cierto marco inferencial; por diversas razones, el acopio de datos a ciegas es probablemente imposible, puesto que, incluso a los niveles mínimos de la percepción, existe siempre, ya funcionando, algún marco racional selectivo, y no cabe la menor duda de que, al nivel de la observación científica, lo que llamamos “observación” y lo que titulamos “inferencia” están indisolublemente ligados.

Como decía Charles Darwin, para que la observación científica sirva de algo ha de ser a favor o en contra de alguna tesis; la razón de ser del observar no reside en meramente recoger y acumular observaciones, sino en buscar y sacar a la luz cierto orden existente en los hechos; y de ahí que lo “observable” siga en su desplazamiento a los intereses y finalidades de la indagación, y haga que los resultados que obtengamos acompañen a las intenciones que los guíen.

Con todo, no se trata simplemente de que veamos lo que nos gustara o quisiéramos ver, ni de que las observaciones que hagamos sean meramente función de las expectativas que tengamos, pues en tal caso la objetividad de la ciencia quedaría radicalmente comprometida, el resultado final consiste, al parecer, no en el abandono de la objetividad, sino en cierta molestia; los claros y sencillos hechos de la observación no lo son nunca tanto como podrán tal vez parecer a primera vista una mirada ingenua, pero lo que pretende la indagación científica es restablecer, valiéndose de medios más complejos, la función empírica de las observaciones como contrastación de nuestras pretensiones de conocimiento del mundo exterior.

La medición. Consiste en observar y registrar minuciosamente todo aquello que en el objeto de estudio seleccionado y de acuerdo con la teoría, sea relevante. Los registros obtenidos de la medición son datos que se pueden aplicar utilizando operaciones lógico - matemáticas, y que pueden pertenecer a la escala nominal, ordinal, de intervalo o de razón. La información así obtenida puede ser de carácter cualitativo y cuantitativo.

El experimento. Puede definirse como el procedimiento diseñado para manipular variables en condiciones especiales que permitan poner en juego algunas variables para observar su comportamiento y lograr así descubrir la esencia de un objeto de estudio.

Las finalidades de un experimento pueden ser diversas, por ejemplo, conocer las leyes que rigen la ocurrencia de algunos fenómenos, o su comportamiento; pero también puede comprobar una determinada hipótesis. Se piensa a menudo que los experimentos se hacen únicamente en los laboratorios; esto no es así, pues también puede diseñarse experimentos de campo; sin embargo, en el primer caso se tiene un mejor control de las variables involucradas en el proceso, debido a que se puede repetir una y otra vez el procedimiento de la experimentación hasta descubrir lo relevante o lo irrelevante del fenómeno estudiado, sin que haya variación significativa entre los distintos ensayos.

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