La aspiración dejó de ser postergada

Goles, adornos, algunas filigranas y mucha alegría luego de 12 años de sequía. Bolívar tuvo una noche como hace tiempo no la tenía, porque cumplió un buen partido en el primer tiempo y colocó el broche en el complemento.

No todos los días se gana por 3-0 en un torneo internacional. Bolívar marcó la diferencia desde el inicio y terminó el encuentro sin apuros ante un equipo chileno ofuscado, sin capacidad de reacción, que no pudo sobreponerse del balde de agua fría del inicio del encuentro.

Al minuto y medio de iniciado el partido, Bolívar anotó el primer tanto tras un remate de Cardozo, que empalmó Frontini en el área chica. Para entonces la U. Católica no hacía pie en el encuentro, marcaba mal y atacaba poco.

El local sabía que un gol marca la diferencia, pero no da plena garantía de triunfo, de manera que manejó el balón, abrió bien la cancha y ello obligó al rival a abrir su defensa. Ese fue el mejor momento de la Academia porque distraía al rival por la izquierda con la habilidad de Lizio, Campos y Cardozo.

A los 26 minutos y tras un mal despeje del portero chileno, Wálter Flores sacó un impresionante remate de 35 metros que dobló los dedos del portero para marcar el 2-0. Había tiempo para más, pero la Academia se tomó un respiro.

Entonces apareció el rival que fue el dominador de las acciones en el último cuarto de hora y estuvo a punto de marcar el descuento a los 39 cuando Gazalde estalló el remate en el travesaño.

Administró mejor el local el segundo tiempo porque concentró su accionar en el medio terreno donde sacaba diferencia por la movilidad de Lizio y la capacidad de Flores de ganar los balones divididos, por ello no extrañó que llegara el tercero a través de Lizio que lustró el balón con precisión por encima del guardameta a los 4 del complemento.

En aquella jugada se bajó la cortina del partido porque el público pidió lujos, empezó a corear ole, ole, y los jugadores se olvidaron del partido, dejaron de atacar, empezaron los pases que gustan a la tribuna, pero se alejan de la esencia del encuentro.

Los 40 minutos restantes fueron simplemente un cumplimiento para ambos. No es que Católica tuviera ganas de buscar el descuento, sino que mostró sus precariedades. Intentó presionar al rival, que se mostró satisfecho con tres goles y no buscó el cuarto.

Tal vez por ello y pese a la amplia diferencia la tribuna se fue apagando, tampoco exigió más a su equipo, pero había que cumplir con el tiempo de reglamento, razón de sobra para que el partido se torneo tedioso, repetitivo, sin mucho afán.

Más que celebrar la goleada, Bolívar celebró su pase a la segunda fase, una aspiración postergada durante 12 años. Enfrentará en el siguiente fase a Atlético Nacional de Colombia y ese es el horizonte del equipo boliviano, que dejó en un segundo plano el torneo local.

LA FIGURA

Damián Lizio fue la figura en el equipo celeste. El jugador fue pieza importante durante el tiempo que estuvo en la cancha, fue sustituido a los 82 minutos del encuentro por Ronald Eguino, esto por disposición táctica de Guillermo Hoyos.

El argentino estuvo presente en casi todas las jugadas de peligro para Bolívar, se presentó con remates, toques y asistencias a sus compañeros para que estos asedien el pórtico chileno, pero el premio a sus esfuerzos llegó en el minuto 49 del encuentro cuando en una jugada personal en el mano a mano con el portero de Católica le hizo un sombrerito con el que decretó el 3 a 0 definitivo para el celeste.

Hubo otro jugador que también tuvo una noche brillante, Wálter Flores, su esfuerzo también ayudaron a la victoria de la Academia para clasificar a octavos de final del certamen. Flores fue autor de uno de los goles, y fiel a su estilo lo convirtió con un potente remate de larga distancia.