Chaparina: A un año de la represión

Una brutal represión policial marcó a la marcha indígena



El 24 de septiembre hubo un intento de confrontación entre efectivos policiales e indígenas. Al día siguiente, un operativo se salió de control y determinó la intervención al campamento justo cuando preparaban la comida del día. La violencia se desbordó y los uniformados hicieron uso de agentes químicos, mordazas y golpes. Las familias quedaron separadas y la tensión se convirtió en llanto.

Con el temor en los ojos, pero con la fuerza en los brazos, una madre indígena corría abrazando a su bebé entre las carpas ya desmontadas por los efectivos policiales que aquel 25 de septiembre reprimieron a la octava marcha indígena que se movilizaba exigiendo al Gobierno la consulta previa para definir el destino de la reserva natural del Tipnis. La misma expresión de esta madre se observaba en otros indígenas y hasta niños, que huían ante los golpes, insultos y otras agresiones en su contra, por parte de los uniformados.

El clima era cada vez más tenso y en los ojos de los miembros de la guardia indígena se podía observar el temor la cantidad de efectivos policiales había llegado a más de 450. Eran aproximadamente las 17:00 horas y la guardia indígena había detectado movimientos según ellos “extraños”, cuando divisaron dos camionetas en la parte trasera del campamento indígena, más cerca de lo habitual. Cuando éstos se acercaron a preguntar qué pasaba, los uniformados obligaron a retroceder a los comunarios argumentando que tenían que realizar el relevo de la guardia policial. Al parecer una represión era evidente ya que los policías llevaban en sus vehículos, equipo antimotines. Días después, la actitud de los habitantes de Tierras Bajas sería calificada como la principal causa del inicio de la represión policial.

Algunos de los niños más pequeños dormían en sus carpas y los más grandes jugaban alrededor. Las madres preparaban los alimentos que se habrían de consumir esa noche y los hombres conversaban entre ellos sobre lo que ya presentían. A las 17:20 horas las primeras granadas de gas cayeron en medio del campamento indígena, provocando una cadena de gritos, huidas y pedidos de socorro de los comunarios.

Varios de los marchistas fueron perseguidos por los policías, quienes en grupos de 6 a 8, golpeaban y maniataban con cinta masquin a un sólo comunario. Vanos fueron los intentos de los indígenas al tratar de huir. El presidente de la Subcentral Tipnis, Fernando Vargas, fue atacado por 6 uniformados quienes después de amordazarlo, atarlo de pies y manos, lo subieron a una de las camionetas donde otros dirigentes y marchistas gritaban “injusticia, injusticia”, mostrando sus manos atadas por las rejillas del vehículo.

A las 17: 30 horas un grupo de ocho flotas llegó al lugar desde San Borja, para trasladar a hombres y mujeres indígenas, quienes obligados por los policías subían en medio de lágrimas, desesperación y preguntas que no tenían respuesta. Mientras los niños, separados de sus familias, lloraban asustados y eran trasladados en camionetas que no tenían placas de control.

A las 18:30 horas y los dirigentes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) convocaban a una vigilia en Santa Cruz. En la Sede de Gobierno, un grupo de activistas ambientalistas liderados por el exdefensor del Pueblo, Waldo Albarracín se reunían en el atrio de la Catedral San Francisco en protesta por lo que consideraban “la más grande vulneración a los derechos humanos”.

Sobre las 20:00 horas, se conocía la detención de Pedro Nuny, Celso Padilla y Fernando Vargas, mientras Adolfo Chávez y Rafael Quispe habían huido a los montes.

Cerca a las 22:00 horas, la población de San Borja, al conocer el hecho, bloqueó la carretera hacia Yucumo para impedir el paso de las flotas que trasladaban a los marchistas. Al percibir la actitud intransigente de los habitantes de la región, los vehículos regresaron hacia el otro extremo de San Borja para intentar pasar por el punto de bloqueo.

Pasadas las 23:00 horas, ya existían varios puntos de bloqueo en el tramo San Ignacio de Moxos y San Borja con el propósito de evitar el paso de los buses que transportaban a los marchistas. Los indígenas mantuvieron esta medida de presión hasta la madrugada del lunes 26 de septiembre.

A las 8:00 de la mañana, la mayor cantidad de los indígenas habían sido liberados en Rurenabaque aunque aun eran custodiados por la Policía. Una hora después, los efectivos policiales se retiraban al notar que los pobladores se mantenían firmes en su determinación de no permitir que se dañara más a los comunarios.

Cerca a las 10:00 de la mañana los marchistas liberados y los que habían huido a los montes se rencontraban en la plaza principal de Rurrenabaque para realizar una reunión y el recuento de los hechos.

DATOS

- El 25 de septiembre del año 2011, un contingente de más 450 policías antimotines intervino el campamento de la marcha, golpeó a los manifestantes, para luego maniatarlos y amordazarlos.

- En julio, la comisión de fiscales encargada del caso, determinó excluir al exministro de Gobierno Sacha Llorenti.

- Recientemente la exministra de Defensa, Cecilia Chacón, cuestionó el nombramiento de Llorenti como embajador de Bolivia ante la ONU y su exclusión del caso Chaparina

 
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