Flores y llanto en la urna 70B03

La tierna sonrisa de un oso, sentado sobre los ramos de flores blancas, apilados a los pies de la urna 70B03, fue lo único que quedó luego del conmovedor último adiós que se le dio al pequeño de apenas ocho meses de vida, a quién de manera póstuma bautizaron con el nombre de Alexander, cuya controvertida muerte aún no ha sido esclarecida.

Como una reiteración del fatal desenlace que tuvo la corta vida de Alexander, una de las notas fúnebres dice, “nuestra más sincera condolencia, ofrecida por Pollereras de la Kollasuyo, a la familia del que en vida fue: un niño inocente”.

Debido a la poca información, brindada desde el Sedeges y la Gobernación, al velorio y entierro del cuerpo de Alexander no lograron llegar varias madres de familia que deseaban acompañar la despedida del bebe y los más persistentes llegaron bajo la lluvia para bridar sus ofrendas, entre ellas una joven de 19 años, quien vivió en el Hogar Virgen de Fátima y EL DIARIO tomó contacto, para conocer, en los siguientes días, más detalles sobre cómo funciona por dentro el Hogar Virgen de Fátima, pues ella vivió en el recinto por más de tres años.

Al acto, asistieron una treintena de personas, en su mayoría funcionarios públicos y luego de ellos se presentaron al menos cinco familias que además expresaron su repudio al hecho, sea este negligencia médica o abuso.

Anoche activistas y defensores de los niños marcharon por la calle Potosí exigiendo justicia por la muerte de Alexander.