Una Cumbre para una foto

Mi socia periodística, natural de Quillacollo, se encuentra absorta ante el despliegue de tantos funcionarios y el derroche de tanto dinero con motivo de la Cumbre de las Américas que se realiza en Panamá.

Al no poder asimilar la importancia del evento mencionado me preguntó, al borde de la desesperación, qué beneficios recibiría nuestro país al movilizar tan numerosa delegación comandada por nuestro presidente vitalicio Evo Morales agarradito de la mano de su canciller Choquehuanca, funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, decenas de yatiris (léase brujos andinos), periodistas al servicio del oficialismo, delegación de los llamados movimientos sociales, guardaespaldas presidenciales, etcétera, etcétera. Y todo eso para qué…, me preguntó la cholita al borde de una crisis nerviosa, concluyendo con esta frase inteligente: “Para sacar una foto al presidente Obama estrechando la mano del hermano de Fidel, Raúl Castro”.

Medité unos instantes y vi que Macacha, la cholita cochabambina, tenía toda la razón: todo ese tinglado, la gigantesca organización y los millones de dólares que costó reunir a tanta gente de las Américas para lograr una fotografía de dos líderes que volvían a ser amigos después de varias décadas.

La perspicaz cholita me preguntó a quemarropa por qué hablaba yo de las Américas como si éstas fueran muchas, explicándole algunas de mis razones.

Es que no hay solamente tres Américas, la del Norte, la del Centro y la del Sur, sino veintitantas Américas separadas y peleadas entre ellas, como nos muestra la historia de América Latina.

Con palabras breves recordé a mi comadritay que cada uno de los países que nos rodean nos había arrebatado gran parte de nuestro territorio, más de la mitad, lo cual hizo lagrimear a Macacha, quien profirió algunos insultos contra todos nuestros vecinos.

Luego le relaté brevemente la guerra que sostuvo Paraguay contra Argentina, Brasil y Uruguay, el Ecuador contra Paraguay, cuando Chile retuvo armas compradas por Bolivia para defender el Chaco. Episodios que dejaron perpleja a Macacha y que culminaron cuando le conté que Argentina que luchaba contra Gran Bretaña por las Malvinas tuvo que contemplar absorta la ayuda de Chile a la potencia europea.

Esas son algunas realidades de que América del Sur es una quimera o un “cuento chino”, como dijo Oppenheimer. No hay solamente tres Américas, pues hay veintitantas que hoy se reúnen ruidosamente en Panamá para que el Sr. Obama y el señor Raúl Castro estrechen sus manos. Una cumbre para una foto.

Al concluir mi largo relato, la cholita estrechó mis manos y me dijo: “Felizmente, compradituy, no formamos parte de la delegación boliviana porque la amistad americanista no existe”.