Últimos días como vocales



LOS EXVOCALES, CUANDO AÚN DIRIGÍAN EL TSE.

En medio de una crítica generalizada contra todos los vocales por las denuncias de afinidad política con el Movimiento Al Socialismo, desde el pasado lunes los siete vocales del TSE fueron presentando uno a uno sus renuncias, seis ante la ALP y uno, Wilfredo Ovando, ante el presidente Evo Morales porque fue dicha autoridad quien lo eligió como vocal.

La primera en renunciar y una de las más criticadas fue la presidenta del ente electoral Wilma Velasco, quien tras oficializar su alejamiento, acusó a sus excompañeros de trabajo de haber cometido acoso y violencia política contra su persona. Apuntó directamente a Dina Chuquimia.

Meses atrás cuando los hechos y acciones del TSE daban cuenta de irregularidades dentro el Órgano Electoral, Velasco reaccionaba molesta con los periodistas cuando éstos le preguntaban sobre esos hechos.

“¿Crisis? ¡Cuál crisis!” decía la exautoridad o cuando estaba menos molesta, respondía a las preguntas con su frase que se hizo ya conocida en el ámbito periodístico: “Haber. Nos respetaremos” y procedía a argumentar su postura.

El segundo vocal en irse fue Ramiro Paredes, cuestionado y con un proceso disciplinario en su contra, porque se hicieron públicas imágenes de una fiesta que le organizaron militantes oficialistas para festejarle su cumpleaños.

Paredes, una vez fuera, no dejó pasar la oportunidad para atacar a quienes aún seguían como vocales. Reveló que el personaje oscuro del que habló los últimos días era Wilfredo Ovando quien según él, pretendía copar la presidencia del TSE.

Justo esta exautoridad, un poco más cauto y frío, fue el tercero en renunciar: Wilfredo Ovando a quien se lo vio en fotos junto al presidente Evo Morales en actividades del Movimiento Al Socialismo en Cochabamba. Con su alejamiento prácticamente obligó a los otros vocales que quedaban de renunciar al TSE porque sin su presencia en número la entidad no lograba quórum para sesionar.

Otras de las vocales más cuestionadas fue Dina Chuquimia quien fue excluida del proceso electoral el 29 de marzo por supuestos tuits que habría compartido del excandidato del MAS, Guillermo Mendoza. Primero fue recusada y después obligada a tomar vacaciones de más de un mes y eso pasó “en menos de diez minutos” como relata haciendo responsable de ello a Paredes.

Marco Ayala fue el más cauto al momento de renunciar. Se limitó simplemente a valorar el trabajo que realizaron en el TSE y evitó atacar a sus excolegas ventilando hechos internos.

Fanny Rivas, cuando renunció, criticó la salida de Velasco al afirmar que no se puede hacer mucho cuando quien salta primero del barco es el capitán.

Irineo Zuna, el vocal que fue criticado por jurar con el puño en alto, símbolo del MAS, fue el último en irse, y tal como empezó, se fue con el puño en alto con el argumento que esa señal no es masista sino propia de los obreros y campesinos.

Al momento de renunciar, todos coincidieron en decir que se van “con la frente en alto por el deber cumplido” y a la vez se contradecían al afirmar que su alejamiento “es por el bien de la institución y para devolverle credibilidad”.

Con todo, la renuncia de los siete vocales fue recibida con aplausos y felicitaciones de parte de los políticos y la sociedad boliviana.

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