La mala pata presidencial

La noticia de la mala pata de nuestro Presidente Vitalicio ya dio varias vueltas al mundo y en una de éstas llegó a oídos de mi tía Clothilde Quiroga viuda de Von Karajan, quien inmediatamente me llamó por teléfono.

-¡Sobrino querido! Te llamo al saber la desgracia que sufrió hace unos días nuestro presidente. ¡Pobrecito, chunkuy, chunquituy, palomitay!

-No es para que te alarmes tanto, pues los doctores de varias nacionalidades (bolivianos, venezolanos, cubanos y otros) ya dieron novedades sobre la salud del ilustre herido y todos coinciden en afirmar que nuestro futbolista volverá a gobernarnos dentro de pocos días, aunque con muletas. De repente, con muletas lo hace mejor.

-No creo, sobrino von Paulus, ahora más conocido como Paulino Huanca en nuestros círculos de sociedad un poco “tampullis”.

-No hables así, tía Clothilde, porque de repente te están escuchando los espías telefónicos.

-Eso no me importa, sobrino; lo que en verdad me apena es imaginar a nuestro presidente gobernar Bolivia con muletas…

-Antes lo hacía con maletas porque siempre estaba viajando… ¡Pobre Evo! Parece que su destino es gobernar con muletas y con maletas…

-Ahora, gobernando con muletas, algunos de sus ministros y colaboradores le van a tener más miedo porque podrían recibir algún muletazo y quedar lesionados…

-Lo importante es saber que Evo con muletas controlará más contundentemente que sin ellas.

-¿Han dicho algo los doctores acerca de la fecha de cuándo Evo podrá retornar al fútbol…?

-Eso no se sabe todavía, aunque algunos de sus conspicuos andan declarando que Evo podría retornar a las canchas (o a las canchitas) para intervenir en el próximo Campeonato Mundial en Rusia, aunque la afición deportiva espera que Messi, Cristiano Ronaldo y Evo Morales no se perderán semejante competencia balompedística.

-Bueno, sobrino, ya me siento más tranquila al saber que Evo nos seguirá gobernando, aunque sea con muletas, porque no se gobierna un Estado Plurinacional y Folklórico con las patas sino con la cabeza. Los bolivianos tenemos buena suerte.