Real Madrid se mantiene en la cima con sufrimiento

El Real Madrid prolongó su estancia en el liderato de LaLiga Santander a pesar de jugar con fuego en la visita al Bernabeu del Granada (4-2), al que permitió resucitar para meter el miedo en el frágil cuerpo blanco, susceptible a desvancerse al mínimo contratiempo.

Suceda lo que suceda el conjunto de Zinedine Zidane afrontará el parón competitivo por los compromisos de las selecciones nacionales en la cima de la clasificación. El Osasuna lo hará en estado de euforia tras remontar al Villarreal. El Valencia alcanzará la pausa del torneo aliviado por los puntos sumados frente el Alavés.

El Levante, sin embargo, acentuó la herida del Leganés. Colista, es el único de los veinte sin haber logrado el triunfo. Dolió el revés en Butarque en un choque que dejó en evidencia al VAR hasta el punto de llevar al club madrileño a solicitar la repetición.

Ni escarmienta ni reacciona el Real Madrid. No termina de asimilar el conjunto de Zinedine Zidane todo lo que hasta ahora le ha mostrado la temporada. Capaz de brillar durante muchos minutos le tiemblan las piernas al menor contratiempo. Tal y como sucedió ante el Levante ocurrió frente el Granada. En ambos ocasiones su fútbol fue bueno, incluso espléndido. Con ventajas significativas, antaño concluyentes pero en el caso del Real Madrid insuficientes. Con tres goles de ventaja llegó el equipo blanco al minuto 70. Pudo ser incluso mayor la ventaja pero solo acertaron a ver puerta Karim Benzema, Eden Hazard, que se estrenó en LaLiga, y Luka Modric. La tarde plácida que asomaba por Madrid se diluyó en cuanto el meta Alphonse Areola cometió un penalti que transformó Darwin Machís.

Lejos de reaccionar, de desempolvar la enseñanza del partido ante el Levante, la zozobra se apoderó del grupo de Zidane. Todo es posible ahora en el Bernabeu. Domingos Duarte puso el 3-2 y público y jugadores se echaron a temblar.

James marcó el cuarto en el añadido y sacó al Real Madrid del enredo cuando las sospechas de un eventual empate del Granada planeaban por el Bernabeu. Por los aficionados y por los jugadores, más cerca de la depresión que del arrojo.

EFE