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¡Basta de una enseñanza sumisa en Bolivia!

Marcelino Zabala Espejo

La educación Boliviana se desarrolló y se desarrolla en una sociedad diversa, multicultural y multiétnica, con un ecosistema también diverso. Las ideologías imperantes, las mismas políticas partidistas adoptadas, la involución de contenidos curriculares precolombinos, por un lado y, por otro, la adopción de las ideologías con matices capitalista y socialista, aunque en teoría, han contribuido a la consolidación de una educación severamente sumisa y dependiente. Si bien las ideologías capitalismo y socialismo han pasado a la historia, por ejemplo el modelo educativo estilo marxista, es decir la teoría pura de Karl Marx (1850), no se ha llevado a la práctica ni en Rusia ni en China, tampoco en Cuba. Estos países han practicado en definitiva “Capitalismo del Estado”, otros países han utilizado neoliberalismo con el nombre de socialismo, como es el caso venezolano, últimamente el caso boliviano.

De modo que en Bolivia, en el pretérito Siglo XX, y en los inicios del Siglo XXI, las escuelas y universidades, con raras excepciones, se han constituido en agencias rectoras y los docentes como vectores transmisores, los estudiantes como portadores y receptores de un contenido que coadyuva una enseñanza sumisa, con la retórica permanente (“Bolivia es un país pobre, oprimido, colonizado, retrasado”).

Paulo Freire (1970) hace 50 años escribió su libro “Pedagogía del Oprimido”, no como enseñanza especial para pobres, sino describió la realidad de la educación de entonces. Freire estuvo de acuerdo con la crítica de una pedagogía sumisa, sugirió enseñanza problematizadora, como queriendo decir que los sumisos deberían escudriñar sus problemas para aprender las cuestiones de su comunidad simplemente.

Con el fin de entender qué significado se le va a dar a una educación no sumisa, trataremos de explicar un concepto que nos puede guiar para proponer una filosofía epistemológica de ¡Basta de una educación sumisa en Bolivia!, que mutila nuestra inteligencia, como un dogma irreversible.

En esta parte de la tierra, los seres humanos no nos atrevemos a investigar y ensayar oportunamente, debido a esa enseñanza recibida tipo dependiente, que nos han enseñado a esperar a quién arroja la primera piedra. Las ciencias en general no son absolutas, admiten cambios permanentes, de manera que hay posibilidad de investigar y ensayar. La ciencia no es absoluta, todo es relativo, como dijera Kuhn, Tomas S. (1998) en su libro Estructura de Revoluciones Científicas.

La escuela no puede seguir transmitiendo de generación en generación una educación sumisa, creando en los hombres y las mujeres un pensamiento aletargado.

En Bolivia, en un centenar de años se ha inculcado, enseñando a los niños y niñas que somos pobres, oprimidos, explotados, sumisos, colonizados, país no desarrollado, y como consecuencia, en las contiendas bélicas los países vecinos se han aprovechado y en competencias internacionales de diversa índole somos cola de león, los últimos cambios educativos, por ejemplo. son tipo “involutivo”, cambios en retroceso.

Así, los niños y niñas en la escuela, los adolescentes en el colegio y los jóvenes en la universidad aprenden contenidos curriculares formales y contenidos curriculares ocultos, verbales o escritos que profundizan la formación sumisa, dependiente de los hombres y de las mujeres.

Esta forma de enseñanza está también en los libros, textos, programas de estudio, en la ideología, en la política. Los de tendencia capitalista lo hacen para tener una mano de obra barata. Los de tendencia socialista para tener a las bases sumisas, que les sigan como mascotas. La vida democrática es la única vía que puede direccionar a la convivencia humana en libertad. De modo que la educación en democracia, educación democrática, que propusiera el gran pensador norteamericano John Dewey, allá en 1932, señalaba: “La democracia como una forma de vida en la familia, en la escuela y en la sociedad”.

El líder político tal como está concebido, el politiquero, autoritario, no guía en el orden de una formación independiente y responsable, consciente, sino propicia a ser odioso, violento, sumiso, subordinado, ingenuo, dependiente, para lo que utiliza estrategias demagógicas, hace creer que somos pobres, dadivosos y sumisos, hombres y mujeres esperan conformes las migajas para subsistir en la vida.

Bolivia al nacer en 1825, en su despertar no encontró verdaderamente una educación, pocas escuelas informativas en las poblaciones concentradas, es un tiempo oscuro en el Siglo XVIII, época en que los araucanos se aprovecharon para asaltar nuestro Litoral. Hasta que los gobiernos liberales en los años 1900 iniciaran en medio de un complejo de inferioridad de los bolivianos. Son creadas escuelas, colegios, universidades, en el marco de una educación dependiente.

Durante ese periodo Franz Tamayo y Felipe Segundo Guzmán (1910) van a polemizar, el primero defendiendo el alma de la raza, de los nativos originarios, el segundo proponiendo una educación europeizada, de la raza blanca, ambos extremadamente dependientes. Posteriormente, Alcides Arguedas (1945) argumentó reconociendo la inferioridad de Bolivia, decía que esta situación se debe a que el 70% de los bolivianos es de indígenas, aceptando una educación sumisa. Elizardo Pérez con un enfoque eminentemente comunitario indígena, argumentaba una educación de sobrevivencia, dependiente, encerrado a un solo grupo étnico.

La Revolución Nacional de 1952 tuvo enfoque nacionalista, propuso realizar una serie de reformas, entre otros: abolición de servidumbre, generalización de la educación, campo – ciudad, pero dependiente. La reforma neoliberal de 1994 (La educación debe proporcionarse de acuerdo con los grupos étnicos), consolida una educación dependiente. La involución educativa de los últimos 20 años es eminentemente sumisa y dependiente. ¿Hasta cuándo?

Como podemos ver, en el curso de la educación, relacionado con los factores socioculturales, económicos, políticos, en el marco de un enfoque de un país dependiente, hemos formado durante muchos años hombres y mujeres con pensamiento de que somos pobres, retrasados, dependientes, con complejo de inferioridad. La escuela, el colegio, la universidad tuvieron la función de transmisión de los conocimientos, las habilidades y destrezas en el marco de un pensamiento sumiso y comportamiento dependiente.

Para desterrar este pensamiento es necesario un cambio en el pensar de los bolivianos sobre su propia formación, hacer un salto para ingresar a una educación que genere en niños, jóvenes y adultos una formación independiente y no sumisa. En otras palabras, es importante desarrollar en los bolivianos y bolivianas la “energía mental” de una formación no sumisa, como proponen la Neurociencia y Neuropedagogía.

Esto implica, un viraje en el proceso educativo; en las aulas, en el hogar, en la familia, en los barrios, en la comunidad, en los municipios, en las instituciones gubernamentales, no gubernamentales, incuestionablemente es importante enseñar:

- La unidad de los bolivianos de diversas etnias y culturas.

- Comprensión dialógica entre el campo y la ciudad.

- No somos pobres, oprimidos ni colonizados, somos prósperos y libres en todo sentido.

- No somos país retrasado, tampoco subdesarrollado.

Es necesario quitarse la venda de los ojos, para no seguir ciegamente a los politiqueros.

No somos pueblo enfermo, tenemos salud física y psicológica.

Comprender la democracia no sólo como 50% + 1, sino como una forma de vida, en la familia, en la escuela, en la comunidad.

Enseñemos a ser independientes en la forma de pensar, hacer y ser, creativos, emprendedores, libres, sobre todo responsables y conscientes, a través de un currículum transversal. En vez de enseñar que somos pobres, enseñemos que somos prósperos, tenemos riquezas en el suelo y subsuelo terrenal. En vez de enseñar que somos país retrasado, enseñemos que somos país en desarrollo. En vez de enseñar que somos dependientes, enseñemos a ser independientes. En vez de enseñar que somos sumisos, enseñemos a ser altruistas. En vez de enseñar que somos oprimidos, enseñemos a ser libres. De modo que enseñemos a ser independientes, en la forma de pensar, hacer y ser creativos, emprendedores, libres, sobre todo responsables y conscientes. ¡BASTA de una enseñanza sumisa en Bolivia!

Marcelino Zabala Espejo, docente Universitario de Pregrado y Postgrado.

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

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