Rogativas presidenciales en Urkupiña

Muchos, sino todos los presidentes y ciudadanos de Bolivia, son devotos y sinceros creyentes de que las imágenes de la Virgen, que están en iglesias de departamentos, provincias y cantones del país, poseen virtudes milagrosas y que por ruego piadoso de los feligreses ella los salvará de graves peligros o dará a las personas momentos de prosperidad.

Esa costumbre de acudir a grandes actos litúrgicos es de antigua data y en otros tiempos se vio a una serie de dictadores (como Banzer, García Mesa, Natusch y otros) ir a rogar a la Virgen para que sus gobiernos no corran el peligro de ser derrocados por movimientos revolucionarios. Cada gobernante tenía su imagen preferida y acudía a arrodillarse ya sea ante la Virgen de Copacabana, Cotoca, Chawaya, Urcupiña, del Socavón u otras veneradas por la población y reconocidas, además, por derramar sus milagros sobre los creyentes y fieles necesitados de solución a angustiosos problemas.

Esa respetuosa actitud fue observada cuando el presidente Evo Morales participó en los festejos de la Virgen de Urkupiña, ante la cual se presentó con fe y esperanza para pedirle el crecimiento económico del país, que no escaseen los alimentos ni la energía, que haya estabilidad económica, que no le falte dinero al pueblo y otros beneficios más, demandas esperanzadoras que es de esperar se materialicen tanto para solucionar los graves problemas que enfrenta el Gobierno como para tranquilizar a la preocupada ciudadanía ante problemas económicos y políticos.

Pero aparte de esos pedidos que hizo el presidente Morales, en su visible retorno a las prácticas religiosas (tanto como el presidente venezolano Hugo Chávez), manifestó que había hecho una solicitud muy personal a la imagen de Quillacollo, para tener paciencia con la cual resistir las graves ofensas que le hace a diario la oposición. Sus palabras fueron poco menos que conmovedoras al manifestar en conferencia de prensa que había pedido “paciencia y más paciencia ante las ofensas de la oposición”, para agregar enseguida: “Esperamos ser escuchados”.

En particular se recuerda que en los últimos meses el Gobierno inició una amplia campaña para cumplir su promesa de brindar “Seguridad alimentaria”, dictando una gran cantidad de medidas para que no falten alimentos en los mercados. Ese fue el primer pedido del Presidente a la milagrosa Virgen de Urkupiña, la que se espera que coopere para que ese objetivo se cumpla con creces y desaparezcan los problemas climáticos, las sequías, el aumento de la temperatura, las heladas, el abandono de los campos por los agricultores para cultivar coca, que se solucione el problema de la tierra, que los silos se llenen de granos y otras tantas ventajas.

Para culminar su visita a la Virgen de Urkupiña, el presidente Morales, además de pedir que se produzca el milagro de los peces y de los panes, recibió la bendición respectiva de parte de los sacerdotes y enseguida participó con gran devoción en la procesión en la que estuvieron presentes cientos de feligreses e imágenes marianas. Tales actuaciones permiten pronosticar de antemano que tendremos tiempos de bonanza y por milagro la oposición dejará de atacar al mandatario, ahora pertrechado con el escudo de la paciencia.