Choquehuanca solicita cooperación internacional para lucha antidroga

(Agencias).- El canciller del Estado, David Choquehuanca, durante su permanencia en Londres, en visita oficial, dijo que el país se siente optimista por los avances logrados en la lucha contra el narcotráfico, pero también solicitó mayor cooperación para combatir este ilícito que va marcando y estigmatizando erróneamente a Bolivia y sus habitantes.

Las palabras de la autoridad diplomática del país se dan pocas semanas después del controvertido informe de la adminstración de Barack Obama, donde se volvió a descertificar a Bolivia por su “comprobable fracaso” en la lucha antidroga.

“Somos optimistas para llevar adelante nuestra lucha contra el narcotráfico, pero necesitamos la cooperación internacional”, señaló el canciller, según un reporte de la agencia Prensa Latina.

De acuerdo a medios internacionales, el jefe de la diplomacia boliviana, en una charla pronunciada en Canning House, la Casa de las Américas en Londres, defendió el derecho de los indígenas a masticar la hoja de coca como parte de su cultura.

Choquehuanca, de gira por varios países del continente europeo, manifestó que Bolivia destina anualmente 20 millones de dólares a la lucha contra el tráfico de drogas.

Otro de los objetivos de su periplo por Europa es la búsqueda para la adhesión de países para la despenalización del acullicu, pues la denuncia a la Convención de Viena estipula la anulación de esta práctica en los siguientes años e incluso la Carta Magna de Bolivia también impone un plazo fatal para que dentro de 14 meses todos los tratados internacionales sean adecuados, ratificados o rechazados.

“No solo hay que luchar contra la producción y el tráfico, sino que también hay que atacar la demanda, el consumo”, dijo Choquehuanca, según un reporte de la agencia EFE.

Para ello, Bolivia necesita “tecnologías, equipamiento, escáneres, radares y helicópteros”, con los que los resultados serían “mucho más efectivos”, apuntó.

Sin embargo, defendió el empleo de la hoja de coca “con fines medicinales y alimenticios”, algo que los bolivianos llevan haciendo desde hace 7.000 años, siendo utilizada la “sagrada hoja” desde eventos sociales, deportivos, ceremoniales y otros usos medicinales y terapéuticos.