Venta de empanadas tucumanas es monopolio de tres familias

Cuando se pasa por la calle México a media mañana el olfato le juega una mala pasada al estómago vacío, porque el aroma de las tucumanas es irresistible y en más de una ocasión, principal causante de “romper dietas”.

Las tucumanas calientes, acompañadas por una salsa de maní o de chimichurri son la delicia tradicional que con el paso del tiempo está sustituyendo en preferencia popular a la salteña, bocadillo de media mañana.

Hace más de veinte años que la familia Noriega tuvo la iniciativa de comercializar las empanadas tucumanas en la calle México de La Paz, en este tiempo sólo dos comerciantes más se sumaron a la idea, entre ellos cada día atienden cientos de clientes que apetecen el producto.

La tucumana se caracteriza por ser un alimento al paso y genera mercado en cualquier parte de la urbe, sin embargo, la calle México es uno de los pocos lugares en que este bocadillo puede estar acompañado con más de siete salsas.

“Es una receta familiar celosamente guardada por generaciones”, dicen quienes las elaboran.

Cientos de ciudadanos acuden a este sitio teniendo como únicas opciones a tres vendedoras y otra que comercializa gaseosas.

“Son otras entidades las que ya no emiten permisos para vender en este sector porque tratan de reducir los gremiales en las calles”, asegura Susana Catacora de Noriega, quien responsabiliza a instancias superiores por el monopolio que asegura “no es deliberado”

Al respecto, las vendedoras ambulantes manifiestan que son las comerciantes originales de tucumanas las que no permiten que nadie más ingrese a su grupo selecto.

“Es imposible vender por el lugar, de manera prepotente ellas se agruparon y no permiten que ingrese ni una sola persona más, tienen el monopolio del sector y no hay manera de hacerles competencia o ser admitidas en el gremio”, señaló Flora Ticona, vendedora ambulante.

Sin embargo, las comerciantes de la México afirmaron a EL DIARIO que “el secreto de su éxito está en la receta y no en el monopolio”.

“Nosotros nos ocupamos mucho de la calidad de los alimentos, las empanadas son frescas, fritadas un instante antes de venderlas, con ingredientes sanos es por ello nuestras tucumanas no dañan la salud de los clientes”, agregó doña Susana.

De pie, alrededor de una mesa de menjunjes, la mayoría de los clientes consume el producto sin ninguna comodidad, pocas son las personas que prefieren comer en sus vehículos, pues de hacerlo se pierden de acompañar las tucumanas con todas las salsas, por esto existen varios carros estacionados en gran parte de la calle que impiden el tránsito adecuado de los demás motorizados.

“Políticos, cantantes, artistas, futbolistas y todo tipo de personas vienen a desfrutar de nuestras tucumanas, cada envase de los aderezos tiene un pico que impide tener un contacto directo con la empanada, tenemos asegurada la higiene, por eso nos tienen confianza”, acotó la vendedora.

Por su parte, los clientes señalaron que si bien se impide el contacto con la empañada algunas veces el lugar de consumo se ensucia con las salsas.

“Yo les pediría que limpien constantemente sus recipientes porque con el uso de los clientes el aderezo gotea por el borde y luego se seca dando un mal aspecto, además a veces se encuentra la boquilla tapada y al apretar sale de golpe cayendo sobre la ropa”, afirmó Jorge Enríquez.