¿Algo más que pedir?

El alemán Sebastian Vettel (Red Bull) se convirtió ayer en el tricampeón más joven de la historia de la Fórmula Uno al acabar sexto el Gran Premio de Brasil, donde el español Fernando Alonso (Ferrari) fue segundo (por detrás del inglés Jenson Button (McLaren)) y se quedó a tres puntos del éxito.

El inglés se impuso por delante del doble campeón mundial asturiano, que hubiese festejado por tercera vez en la pista de sus dos títulos (2005 y 2006, con Renault) si, acabando en esa posición, Vettel no hubiese mejorado el octavo, en una carrera en la que el otro piloto de Ferrari, el brasileño Felipe Massa, fue tercero.

Vettel fue sexto y se proclamó campeón con 281 puntos, sólo tres más que Alonso, para muchos, ganador moral de un campeonato en el que optimizó los recursos de un monoplaza inferior al del germano y en el que sólo firmó sus dos ‘ceros’ al ser embestido por el francés Romain Grosjean (Lotus) en la salida de Spa (Bélgica) y por el compañero de éste, el finés Kimi Raikkonen, en la de Suzuka (Japón).

Los dos Ferrari salieron bien, al contrario que los Red Bull. Massa ascendió al segundo y Alonso al cuarto, mientras que por delante Hamilton mantenía el primer puesto desde el que arrancó.

Cuatro curvas más adelante, el brasileño Bruno Senna (Williams) se tocó con Vettel, que pegó un trompo y acabó la primera vuelta en último lugar, en unos compases alocados en los que Alonso siguió escalando y llegó a ser campeón provisional en el segundo giro, cuando era tercero.

Las gotas de lluvia comenzaban a poner resbaladizo el piso, mientras Vettel remontaba velozmente y Alonso se iba largo en la primera curva, cuando la lluvia se intensificó, en la undécima vuelta Hamilton paró a cambiar al neumático intermedio.

Alonso hizo lo mismo y Vettel le copió la estrategia al asturiano. Algo que se repitió cuando dejó de llover y en la vuelta 18 Lewis, Fernando y ‘Seb’ regresaron al compuesto duro de seco.

A 30 vueltas para el final, el inesperado Huelkenberg, que acabó quinto, lideraba la carrera de su vida, Alonso era cuarto y Vettel, séptimo.

Siete giros más adelante, Huelkenberg perdió la punta al dar un trompo que permitió a Hamilton tomar el liderato. El alemán intentó adelantarle de nuevo en la 55, provocando un toque entre ambos que dejó fuera de carrera al inglés.

Button pasó a ser líder y Huelkenberg fue sancionado con una parada en línea de garaje que le hizo perder tres puestos, en favor de Massa, Alonso y del australiano Mark Webber (Red Bull), con Vettel séptimo, detrás de su compatriota Michael Schumacher.

Alonso pasó sin problemas a Massa y era segundo a falta de ocho, pero Schumacher puso excesiva resistencia cuando Vettel avanzó al sexto con el que acabaría la carrera.

Los puestos no variaron a partir de entonces y la carrera no se pudo alterar desde la penúltima vuelta, cuando el accidente del escocés Paul di Resta (Force India) obligó la nueva entrada en pista del ‘safety’ que cerró el Mundial 2012.