No entiendo

Vivimos un momento nacional con tremendas contradicciones, situaciones en varios frentes de la política nacional, de sus conductores y participantes que, como ciudadano interesado en un futuro mejor para el país, simplemente no entiendo. Aquí van algunos ejemplos, ya que la lista puede ser muy extensa.

Relaciones internacionales. Hay expertos nacionales calificados que casi a diario hacen conocer sus puntos de vista para corregir algunas actuaciones nacionales, pero no son escuchados. La presentación del caso de nuestro encierro marítimo y la necesidad de una solución, significan una causa común del país. Se ha seleccionado a dos personalidades notables para encarar este asunto: dos ex presidentes. PERO, por muy calificados que sean ellos, otras acciones no ayudan a una conducción que lleve al éxito. Uno, seguimos empecinados en no tener embajador en USA, y como reciprocidad ellos sólo tienen un Encargado de Negocios, desde hace varios años. Estados Unidos tiene, sin duda, una opinión muy influyente en los asuntos internacionales, pese a ello nuestro discurso antiimperialista y las ofensas verbales a ese Estado continúan. En contraste, la señora Michelle Bachelet ya visitó a Obama y según nos informan las noticias, el tema Bolivia-Chile ha sido parte de la agenda.

Otro actor inmediato y necesario es Perú, tanto por el Tratado de 1904, como por la permanente relación que tenemos con nuestro vecino. El Perú tiene como embajadora de ese país a una persona extraordinaria que, lamentablemente, ya termina su misión en Bolivia. PERO, pese a una aparente buena relación, el Gobierno boliviano no ha logrado la aprobación de ese país al Tratado sobre ILO, pues el Congreso de ese país ha diferido esto indefinidamente y nosotros, ingenuamente, varios meses hemos estado con el discurso de que desviaremos nuestra carga por este puerto peruano. ¿Lo anterior no es una señal clara de que no hay buena disposición de este viejo aliado para ayudarnos a resolver el problema del retorno al mar? ¿Que tenemos en Ilo? Un monumento inaugurado con gran pompa durante el gobierno de Jaime Paz Zamora.

Otro frente en esta materia es la relación con Brasil, nuestro principal comprador de gas y de otros productos, mientras que nosotros le vendemos poco. Pero lo más serio es el retiro de su embajador en nuestro país, por el caso Pinto. Por reciprocidad -una elemental regla en las relaciones internacionales- nosotros deberíamos retirar nuestro embajador en Itamaratí, PERO no se nos mueve ni un pelo para hacer que retorne al país. Este representante vigente, ¿será tratado como corresponde? O es un funcionario incómodo que no tiene contacto con las autoridades de ese país.

Un otro tema en este campo es el del comercio internacional. Atacamos a nuestros principales socios comerciales y seguimos empeñados en vender chompas de alpaca a socios tropicales que si nos han recibido mercaderías en los años pasados, nos pagan con mucha demora. El ejemplo más dramático es la fuerte caída en el comercio con Venezuela, por los problemas de mal manejo económico que enfrenta ese país. Es un país con chorros inmensos de dólares que le ingresan por sus exportaciones de petróleo, pero que no puede importar los alimentos que necesita y parecería que tampoco el papel higiénico que necesita su población después del proceso digestivo.

Los anteriores ejemplos parecerían mostrar la necesidad de rectificar ciertas políticas en este ámbito.