Mi agua uno, Mi agua dos, Mi agua cero

Pregunté a mi colaboradora periodística si esta mañana se había bañado, respondiéndome algo ofendida que lo había hecho como todos los días porque el racionamiento de agua no había llegado al Palacio Real de la plaza Murillo, ocasión que aprovechó para utilizar la ducha del presidente Evo, quien se encontraba de viaje, como de costumbre.

Felicitándole por tal audacia, le pregunté cómo era el cuarto de baño de nuestro Presidente Vitalicio, respondiéndome Macacha que tal espacio palaciego era normal, aunque estaba dotado de un sistema de alarma para auxiliar al ilustre gobernante en el caso de que algún enemigo político del higiénico mandatario atentara contra la vida de Evo.

De retruque y con la confianza que se gasta conmigo mi colega periodista, me preguntó si yo me había bañado esta mañana de restricción de agua, respondiéndole que ante la falta del líquido elemento tuve que recurrir a un botellón de agua bendita que semanalmente me provee el Párroco del templo de Obrajes, de la Orden de los Pasionistas.

Tranquila al saber que me había bañado con agua bendita, la reportera cochabambina me recordó el afán permanente del presidente Evo por dotar de agua, sobre todo a sus partidarios, realizando planes modestos que denominó “Mi agua uno, y Mi agua dos, sin calcular que sus pésimos colaboradores del Ministerio del Agua hubieran condenado a gran parte de la población boliviana a lo que vendría a ser “Mi agua cero”, que no es lo mismo que “aguacero”.

Ya bañados ambos colegas y compadres, diremos honestamente a nuestros lectores que la escasez de agua no es exclusivamente boliviana, pues preocupa a todo el planeta, aunque hay territorios que tienen la fama de oler peor que otros, como nos enseña esa obra universal que dice “algo huele mal en Dinamarca”, de lo cual los bolivianos y peruanos podemos hacer burla, porque nuestro cultura incaica se desarrolló a orillas del lago Titicaca que -como su nombre lo indica no huele muy bien- y en los últimos tiempos ha empeorado por el grado de contaminación que tienen las aguas. Además de saber que los fundadores del imperio incaico se sumergieron para siempre en las aguas del sagrado lago.

Felizmente la cholita cochabambina se ha bañado bajo la ducha de Evo Morales y este viejo periodista se ha bañado con agua bendita.

Antes de despedirnos, la chica de Quillacollo me dijo que “el agua es un elemento incoloro, inodoro y… estúpido.