Inusitada defensa de la justicia

Con motivo de la suspensión de la audiencia de medidas cautelares de Samuel Doria Medina, se habla bastante del poder judicial boliviano. Lo que representa una pauta auspiciosa a favor de su imparcialidad.

LA POSICIÓN DEL GOBIERNO

A 6 de noviembre de 2016 el gobierno boliviano durante la visita del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski (nombre providencial para un recio mandatario) nada dice a propósito de la postergación de la audiencia que debía definir las medidas cautelares aplicables al empresario Samuel Doria Medina. El 7 de noviembre, a un día de la postergación de la misma, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, consideró la presencia de un comisionado de la OEA como un acto intolerable. Qué infortunio para nuestra realidad, cuando se podía mostrar al mundo la imparcialidad de nuestro sistema judicial.

DEFENSA DEL PODER JUDICIAL

Entre tanto, a propósito del infortunio que menciono, la defensa de la independencia del Poder Judicial podía venir del Colegio Nacional de Abogados, de las Asociaciones Departamentales de Jueces y Magistrados, de la Ministra de Justicia, fundamentalmente. Ante semejante ausencia de Instituciones que podían presionar, nos resta reafirmar -todo en despecho del gobierno- que la independencia del Poder Judicial no representa un afán de figuración cualquiera y luego quedemos ahí. ¡No!... La independencia del Poder Judicial es el pilar sobre el que se constituye el sistema legal boliviano, con exclusividad y unidad jurisdiccional. Entonces, muy lejos del “cocoriqueo” extemporáneo del Ministro de Gobierno, el gobierno perdió una brillante ocasión de demostrar al mundo, la independencia y la imparcialidad del Poder Judicial boliviano; dado que la presencia de un poder judicial fuerte es esencial para el funcionamiento de la democracia y, sobre todo, es necesaria para la correcta aplicación de la ley. Lejos de esta realidad comienza o recomienza la aventura, para un Estado funcional y moderno.