Un bello ejemplo de austeridad

Es importante saber que el ejercicio del poder nunca hace perder la lucidez; en el ejercicio del mismo, hay cosas que no reúnen todos los consensos. La afirmación que se hace va en una ópera que se estrena en la Navidad de 2016, en el Club de Cochabamba el 22 de diciembre de 2016.

LOS GOBIERNOS Y LA AUSTERIDAD

La bella República Oriental del Uruguay considera que “un avión para trasladar al jefe de Estado y su comitiva, es una especie de lujo asiático” (1). En efecto, en aquella república, no se quiere una oferta de avión con el mayor regalo tecnológico que contenga, como puede ser: una cocina, baño, teléfono satélite y capacidad para trasladar dos camillas con sus correspondientes dispositivos médicos. ¿Una Sala de Conciertos? ¡NO! No tanto como eso; pero y en fin, cuánta arrogancia representa un DISPENDIO (malgasto), como se dice también en Bolivia, cuando se tiene un año que registra un retroceso en la economía del país. Por otra parte, se trata de ahorrar costes de operación que representan fácilmente miles de “dolores” para cada ocasión. Finalmente, es evidente que ningún mandatario comparte o presta su avión, entonces, imagine amable lector, lo incomodo que es llegar a un encuentro con todo un avión, cuando se tiene cuestiones sociales sin respuesta.

SE PREFIERE VUELOS REGULARES

Mandatarios inteligentes -como la Reina Isabel II del Reino Unido, José Pepe Mujica, digno senador del Uruguay, madame Ángela Merkel, Canciller de Alemania, el propio Papa Juan Pablo II- prefieren los trenes, cuándo no, buscan aerolíneas baratas y con largas escalas, no importa. Así, los mandatarios que buscan mejorar la inserción internacional de sus países hacia otras regiones del mundo, abren horizontes viajando en vuelos regulares, sin mayor coste para el Estado.

De esta manera sencilla, no cabe duda que son emotivas las comparecencias de los presidentes que trabajan verdaderamente, sirviendo al bien común, con un resumen exitoso de su gestión, donde no se pone en juego a una persona, sino a toda una nación. Mas, siempre prevalece el gesto de no cargar a un pobre Estado gastos indebidos, se hace las cosas siempre en pro del interés del país; ya que se trata de dirigir un Estado en un panorama de incendio generalizado, donde solo queda salvar los muebles; donde no hay lugar para una historia de grandezas, solo queda preservar un lugar en una historia escrita con letras minúsculas. He ahí el final, por ejemplo, de don Alvaro García Linera que prefiere la disciplina de vida ascética del cumplir con la ley.

1.- El Mundo: Tabaré Vásquez lleva dos años tratando de tener un avión para sus viajes. Madrid, España, 8 de diciembre de 2016, Pág. 1.