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Tiene un costo aproximado de $us siete millones

La Paz tendrá nuevo penal en diez años

El 27 de noviembre empezó la construcción de una nueva cárcel en el municipio de Palca, con la participación de estudiantes de la UPEA y pobladores del lugar, con acción comunal


MAQUETA DEL NUEVO RECINTO PENITENCIARO EN CONSTRUCCIÓN.
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Estudiantes de la Universidad Pública de El Alto (Upea) y pobladores de la comunidad Huacahuacani, municipio de Palca, en trabajo de acción comunal hace más de 15 días iniciaron la construcción de una nueva cárcel para La Paz en las 20 hectáreas de terreno que donó la alcaldía para ese fin, informó el exdirector nacional del Régimen Penitenciario y docente de la Upea, Ramiro Llanos.

Este complejo penitenciario, busca reemplazar al penal de San Pedro, que en criterio de Llanos que debe cerrarse a la brevedad posible ya que continúa generando actividades ilícitas en su interior gracias a los cobros y extorsiones que realizan algunos “dueños de la cárcel”.

El penal de San Pedro tiene 8.257 metros cuadrados, ocupa un manzano en la zona de San Pedro, pleno centro de en la ciudad de La Paz. Su traslado debería apuntar a las 20 hectáreas que los pobladores Huacahuacani del municipio de Palca ya comprometieron entre 2013 y 2014, pero que seguía esperando la aprobación de la convocatoria y adjudicación de la obra.

El diseñado fue elaborado como proyecto de grado de las estudiantes Natalia Azeñas y Ángela Guerra de la Universidad Católica Boliviana (UCB) y estará a cargo de los egresados de la maestría en administración civil de centros penitenciarios, de la Upea. Sin embargo, aún esperan la contribución de la Gobernación de La Paz cuya atribución está en la Ley de Seguridad Ciudadana.

La capacidad del nuevo penal será para 5.000 internos a diferencia del penal de San Pedro cuya capacidad es de 600 aunque actualmente guardan detención un aproximado de 2.500 personas.

“La situación de los reos es totalmente precaria e inhumana, están mezclados y hacinados, en una especie de pequeña ciudadela violenta y con olor a estancado, conformada por barrios, con su propia seguridad privada a sueldo, servicios de comida, peluquería, y otros, todos autogestionados”, explicó.

En ese marco refirió que el departamento de La Paz debe contar con un ambiente acorde para que se cumpla la ley y la Constitución en materia penitenciaria, clasificando a las personas privadas de libertad y brindándoles las condiciones para rehabilitarse a través del trabajo y la educación en un ambiente amplio hoy llamado por los especialistas como Complejo Penitenciario.

Explicó que pocas veces las comunidades o zonas de una ciudad desean que en su lugar se construya una cárcel, esto debido a que podría afectar la seguridad de los vecinos el tener de manera cercana un establecimiento penitenciario, además con la susceptibilidad de que pueda haber fugas de las personas privadas de libertad o que el ambiente se contamine socialmente con otras personas relacionadas a la actividad delictiva.

Sin embargo –dijo - pese a estas estigmatizaciones o estereotipos que se forman sobre los establecimientos penitenciarios, la comunidad Huacahuacani integrada por 80 familias, entregaron 25 hectáreas en calidad de donación para que en este valle que tiene a su frente al nevado Illimani, se construya el complejo penitenciario del departamento de La Paz.

NECESIDAD DE REHABILITAR

Llanos manifestó que los padres y madres de personas privadas de libertad y la ciudadanía en general consideran que en las cárceles se deben rehabilitar los que cometieron algún delito y según un plan de vida basado en disciplina y cambio de hábitos en la persona privada de libertad se podrá alejarlos de las actividades ilícitas y habilitarlos nuevamente en base a estudio y trabajo además de clasificarlos según delitos como establece la Constitución Política del Estado, las leyes y el reglamento de cárceles para proteger a la ciudadanía de futuras reincidencias.

Apuntó que a la cárcel sólo deben ser llevados los mental y físicamente sanos y no así quienes tienen problemas psicopatológicos o padecen de alguna enfermedad incurable.

NUEVO PENAL

Según se conoce – explicó Llanos - en el Sistema de Compras Estatales (Sicoes) se proyecta construir en el municipio de Viacha en la zona de Chonchocoro una mega cárcel para 2000 personas privadas de libertad, sin considerar que en el lugar que está a 4000 metros de altura sobre el nivel del mar, las personas se enferman con mayor facilidad debido al lugar inhóspito con frio y viento gélido de la zona, además porque al estar alejado y no poder realizar actividades productivas solo cuentan con la alimentación penitenciaria que es insuficiente.

“Afirmamos que la zona de Chonchocoro en la que está funcionando actualmente y en la que se quiere ampliar otra infraestructura penitenciaria es inhumana, carente de clasificación, convivencia angustiosa, sin servicios de agua potable, sin servicios de alcantarillado, sin un vivir bien”, apuntó.

Afirmó que es necesario que las cárceles estén en lugares adecuados para una vida saludable, ya que se ha perdido la libertad más no los otros derechos.

COMPLEJO DE HUACACANI

Explicó que el diseño de la nueva construcción es “Tipo Colmena” y se prevé al menos la construcción de siete bloques cada una costará un millón de dólares aproximadamente, mismos que espera sean financiados con recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), destinado a seguridad ciudadana.

También se espera recibir apoyo de las instituciones privadas, en el narco de responsabilidad social, o las personas de a pie “que con un ladrillo podrán lograr mucho”.

El proyecto prevé ambientes separados, celdas individuales, para tres, para cinco o nueve privados de libertad, con sus áreas de equipamiento en cada pabellón, con pasillos, puertas y otras formas de seguridad y comodidad, hace que la actividad penitenciaria sea controlada de manera eficiente, estructurando horarios para actividades de descanso, de alimentación, terapias, estudio, recreación, etc., confiando en la arquitectura planificada para este fin de rehabilitación.

Natalia Azeñas, una de las proyectistas, explicó que utilizaron un establecimiento penitenciario debe tener mínimamente tres áreas separadas, tres sectores divididos físicamente con paredes y pasillos, cada una con autonomía propia de gestión, con personal propio, especializado para cada periodo del sistema progresivo.

Explicó que para el diseño usaron el sistema Apac que es una nueva metodología para cárceles que empezó en Brasil, cuyo fin es valorizar lo humano.

“Apac es una nueva metodología de cárcel, se trata de que éstas no tengan policías, puede sonar un poco “raro” y dar un poco de miedo, pero la gestión la hacen personas que están capacitadas para controlar este tipo de población y poco a poco, a medida que el interno va rehabilitándose tienen a su cargo a más internos. Eso les permitirá generar sus propios recursos y contar con algún ahorro cuando dejen el penal. La idea es que quitemos la idea de que la cárcel es sólo un recinto de reclusión”, aseguró.

 
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