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A padres de niños enfermos en EEUU

Denuncian retiro de amparos migratorios


Los Ángeles (EEUU).- Las autoridades de inmigración estadounidenses están retirando los permisos especiales que permiten permanecer en el país a padres indocumentados de niños que reciben un tratamiento médico vital, denunciaron abogados y organizaciones en Estados Unidos.

Según han dado a conocer, varios inmigrantes indocumentados han recibido en los últimos días notificaciones del federal Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) en las que la agencia les informa que ya no están protegidos por el programa Medical deferred action.

Este amparo protege de la deportación a padres de niños estadounidenses que sufren enfermedades graves o tienen condiciones de salud que los obliga a depender de sus familiares. A estos padres indocumentados se les otorga un permiso de trabajo, por lo general de dos años, y quedan protegidos de la deportación.

"Estos inmigrantes se consideraban como sagrados. Estados Unidos no atentaba contra la salud de sus niños por eso permitía que estos padres ejemplares se quedaran en el país", dijo a Efe el abogado de inmigración Alex Galvez, quien dice tener varios clientes afectados con esta notificación.

Galvez explicó que el programa también ha favorecido a menores indocumentados y a los padres que buscaron ayuda para curar enfermedades graves en Estados Unidos.

Miembros del Centro Internacional de Inmigrantes de Irlanda (IIIC) en Boston (Massachusetts) también recibieron notificaciones de USCIS dirigidas a cinco de sus clientes en las que la agencia federal les concede un plazo de 33 días para que abandonen el país.

"Todas estas familias están aquí recibiendo tratamiento que no está disponible en sus países de origen, y nuestro gobierno les ha emitido una sentencia de muerte", dijo en un comunicado Ronnie Millar, director ejecutivo de IIIC.

"Justo cuando crees que la administración no puede caer más bajo, encuentra una nueva forma de torturar a las personas y, cada vez más, con un enfoque extraño en lastimar a los niños", agregó.

Una de las afectadas es la hondureña Mariela Sánchez, quien llegó en 2016 con su familia buscando ayuda para salvar la vida de su hijo Jonathan, de 16 años, que sufre de fibrosis quística.

La madre centroamericana ya perdió una hija por la misma enfermedad tras un erróneo diagnostico en su país de origen.

Además, la hondureña hace parte de las familias que llegaron a buscar ayuda a hospitales de Boston y que se ve amenazada por la nueva política, según IIIC, que defienden al menos 20 casos como el de Sánchez. (EFE)

 
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