Magistrados favorecidos sin investigación

De las innumerables denuncias que existen contra magistrados y jueces del Órgano Judicial, dos casos han sobresalido en los últimos días, los del renunciante Omar Michel, ex Decano del Consejo de la Magistratura (CM) y la del Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Carlos Egüez. En ambos, salieron a relucir varios audios y denuncias sobre presunta falta de transparencia. Si lo anotado enseguida fuera verdad, demostraría qué clase de representantes tiene la Justicia.

Casos semejantes ingresan al Ministerio Público con gran publicidad, sin embargo, los fiscales asignados después de tomar declaraciones, a veces sin siquiera citar a los directos denunciados, dejan pasar el tiempo y cuando han perdido frecuencia en los medios informativos, los rechazan o confinan al olvido. Este es el tratamiento referido a autoridades del Órgano Ejecutivo, altos miembros de la Administración Pública, de sus colegas fiscales y jueces o de legisladores oficialistas. Todos saben que ocurre lo contrario si se trata de sindicaciones contra opositores o ciudadanos que no han cotizado convenientemente para evitarse juicios. Éstos últimos son tramitados con gran celeridad.

Las denuncias citadas anteriormente alcanzan ribetes novelescos. Sobre el indicado supremo, la denuncia se refiere a la presión ejercida para que el Juez del Beni, Pedro Carvalho, deje sin efecto la querella de una notario electoral por supuesta manipulación de la elección judicial de 2017, denuncia que afectaría a Egüez. El caso más truculento y enrevesado es el de los hermanos Omar y Juan Michel. El primero, ex Decano del CM, habría presionado, a través del citado hermano, a una jueza de Tarija para que absuelva a un feminicida. Sobre este presunto hecho, salieron a luz denuncias de una y otra parte, abarcando audios sobre una red de tráfico de influencias e inclusive extorsión de 100.000 dólares, para evitar mayores filtraciones de audios comprometedores. Acerca de esto último, se involucra nada menos que al ex presidente del CM, Wilbert Choque.

La renuncia del ex Decano del CM alejaría todo rastro de procesamiento en contra suya, cómoda manera de impunidad. En la danza aparece también Rollf Egüez, primo hermano del nombrado Supremo beniano, quien habría favorecido a parientes y amigos con licitaciones de 2.6 millones de bolivianos, cuando ejercía como Director de Adquisiciones del Tribunal Departamental del Beni. El también supremo Gonzalo Hurtado, sindicado de favorecer al narco Pedro Montenegro, permanece en funciones, sin investigación. Existe parecido silencio en torno a la alteración del texto de la resolución del TSJ sobre la extradición de Montenegro, colmo de lo insólito ocurrido en la cúpula misma del más alto Tribunal.