Administrar con sensatez

Los bolivianos debiéramos reflexionar, en este histórico momento, en torno al significado que adquiere hoy la Patria. E interrogarnos: ¿Estamos con ella o estamos contra ella? La respuesta la encontraremos en nuestras actitudes impresas, día tras día, en el Poder o en el llano.

Acerca, asimismo, del rumbo que asumirá el país, dentro de 45 días aproximadamente, o sea después de las elecciones generales. Y sobre la suerte que correrán, en particular, nuestros recursos naturales, no renovables, guardados aún bajo la tierra.

Más de once millones de habitantes somos los dueños no solo del territorio nacional, sino de sus recursos naturales. Por ello nos preocupa el destino de Bolivia.

En consecuencia: jamás permitiremos que fuerzas externas, vengan de donde vinieren, hinquen sus garras depredadoras en nuestros recursos naturales, no daremos vía libre al saqueo o la expresión atentatoria contra los supremos intereses nacionales. Aquéllos están destinados para los que vienen detrás de nosotros. Y obviamente para los sectores sociales menos favorecidos, que se debaten en la pobreza más inconcebible.

Tuvimos gobernantes que rescataron de manos extranjeras nuestros recursos naturales no renovables. Fueron militares, nacionalistas, por si haya duda. Con estas acciones ellos contribuyeron a construir el porvenir del país.

Hemos disfrutado, hace poco, de una temporada de bonanza económica, gracias a los recursos naturales no renovables. Hecho que ha coadyuvado, inclusive, a sostener la paz social. El progreso de las regiones también es fruto de ese crecimiento económico. Pero ahora, desafortunadamente, las cosas tienden a cambiar. Ojalá no llegue el día en que tengamos que ajustarnos los cinturones. Dios no quiera.

Entonces decíamos que nuestra economía estaba “blindada”, que sabíamos manejar la economía nacional mejor que las anteriores autoridades, que teníamos mucho dinero.

Nuestros mayores han sido previsores al preservar aquella riqueza natural, que incluye los recursos hidrocarburíferos, que ha colmado de satisfacciones a niños, adultos, etc. Que ha alentado proyectos grandes y pequeños, buenos y malos.

Nosotros, que tarde o temprano pasaremos a la historia, agobiados por las frustraciones y fortalecidos por algunos éxitos, debemos expresar a ellos el homenaje de gratitud y admiración, por el legado que nos dejaron, en materia de recursos naturales no renovables. Legado que nos ha devuelto la dignidad a los bolivianos.

En suma: de hoy para adelante administremos nuestros recursos naturales con mucha sensatez y responsabilidad.