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PSICOLOGÍA

Cómo motivar al estudiante para el inicio del año escolar

Yackieline Rodríguez, psicóloga


Ya se acerca el comienzo del año escolar, muchos padres y los mismos estudiantes desean comenzar una nueva etapa escolar de la mejor manera, para ello es necesario ver alternativas de motivación que ayuden a satisfacernos toda esta gestión.

La motivación es el énfasis que ponemos al realizar determinadas tareas o actividades. Una motivación alta y duradera es vital para ayudarnos a conseguir todo aquello que nos proponemos, sobre todo a la hora de estudiar.

No obstante, en ocasiones ésta no es tan fácil de mantener, he aquí algunos consejos para aumentar la motivación para estudiar. Como padres debemos enseñarles a organizarse desde muy pequeños.

Al igual que la mayoría de actividades o acciones que realizamos las personas, la motivación es el motor que hace que estas actividades se realicen de manera satisfactoria. Esta motivación puede ser tanto intrínseca, cuando hacemos algo por el mero placer de hacerlo; o extrínseca, cuando lo que nos motiva es la consecución de una recompensa externa.

Es importante hacer referencia que la motivación también puede verse afectada por nuestro estado de ánimo. En algunas ocasiones las diferentes situaciones por las que pasamos en nuestro día a día condicionan nuestro estado de ánimo y por lo tanto esto afecta también a nuestra motivación para realizar determinadas tareas, incluyendo los hábitos de estudio.

Por ejemplo, un día podemos despertarnos muy motivados para estudiar, tenemos la intención de pasar el día investigando, nos sentimos llenos de energía. Sin embargo, durante el desayuno nos dan una mala noticia. Lo más seguro es que nuestro estado de ánimo decaiga, por lo se nos quiten las ganas de ir a estudiar.

Además, los hábitos de estudio, como muchas otras actividades, es necesario comenzar desde un punto de partida, una planificación y una metodología con la cual guiaremos nuestro trabajo. Por último, y como es obvio, necesitamos de un objetivo, una meta por la cual hemos decidido comenzar a estudiar.

Habitualmente, nuestras estrategias de motivación para el estudio están condicionadas por nuestra percepción de la materia o asignatura, o de las tareas que tengamos que realizar para estudiar. Por ejemplo, seguramente no percibiremos igual estudiar para una materia con mucho material teórico que para otra que sea más práctica.

Siguiendo estos pequeños pasos, poco a poco se convertirán en costumbres y tu rendimiento académico mejorará notablemente.

- Planificar la sesión de estudio: Es esencial comenzar por planificar tu sesión de estudio. Elegir qué materia o materias vas a estudiar e intentar ponerte un tiempo límite para hacerlo. Una buena idea es realizar un listado con las tareas a realizar durante la sesión y ordenarlas según su prioridad. Conforme vayas adelantando en las tareas te sentirás más motivado y realizado.

- Establecer metas pequeñas: El establecimientos de pequeñas metas u objetivos en aquellos momentos en los que el material de estudio o trabajo sea de gran volumen.

- Hacer primero lo más difícil: Durante los primeros momentos de estudio es cuando tenemos más energía. Esta energía se irá consumiendo poco a poco conforme pasen las horas, por lo tanto es mucho más eficaz realizar aquellas actividades o estudiar aquellas materias que nos resulten más difíciles en estos momentos. De lo contrario, si lo dejamos para el final es muy probable que no nos queden fuerzas y percibamos esta tareas como mucho más complicada de lo que es.

- Evitar las distracciones: Teléfono móvil, redes sociales, internet, televisión, etc. Todo esto son agentes distractores, desvían de nuestra tarea y hacen que nuestra mente se disperse, haciendo mucho más difícil volver a concentrarnos en nuestra tarea. Todas estas distracciones solamente consiguen hacernos perder mucho tiempo, ser menos eficaces y por lo tanto favorecen que desarrollemos un sentimiento de incompetencia y desmotivación.

- Descansar de vez en cuando: Es muy recomendable tomarse cierto tiempo de descanso antes de que la fatiga se apodere de nosotros. Si dejamos nuestra tarea cuando ya no podemos más nos será muy difícil retomarla y, seguramente, lo haremos desmotivados. Lo ideal es tomar pequeños descansos de 10-15 minutos cuando notemos el más mínimo síntoma de cansancio. De esta forma, estaremos mucho más despejados y con más energía para volver a sentarnos a trabajar.

- Premiarse: Una vez acabada la sesión de trabajo o de estudio prémiate con pequeñas recompensas. Si crees que los has hecho bien o que el trabajo ha sido productivo permítete alguna recompensa que te motive.

Para que la recompensa sea efectiva, ha de ser proporcionada al esfuerzo o dificultad de la tarea.

Si crees que no has rendido lo suficiente no te premies, sino no tendrá efecto alguno cuando lo hagas.

Las auto-afirmaciones también son pequeñas recompensas que podemos ir dándonos mientras estamos trabajando.

1.- Encontrar el contexto del estudio ideal, cada persona rinde mejor en un contexto y horario determinado.

2.- Promover el uso de bibliotecas, un espacio tranquilo y libre de distracciones.

3.- Crear un espacio de trabajo que tenga todo lo necesario para estar a gusto.

4.- Pensar en metas a largo plazo y en cómo lograrlas para motivarle.

5.- No dejar las cosas para mañana si lo puedes hacer hoy.

6.- Asumir cierto nivel de estrés bajo para mantenernos activos y atentos.

 
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