¿Qué pasa con el Ministerio de Trabajo?

El ciudadano común no puede menos que lamentar que el Ministerio de Trabajo de nuestro país haya guardado un silencio cómplice y no haya tomado en cuenta las reiteradas denuncias que hicieron, desde muchos años atrás, trabajadores bolivianos que prestan servicios en las empresas constructoras chinas, que por invitación directa del Estado boliviano se hicieron cargo de las construcciones de caminos carreteros en varias regiones del territorio nacional. Para el colmo, sin la supervisión técnica de la Agencia Boliviana de Caminos y mucho menos de Inspectores del Ministerio de Trabajo, quienes no se dieron el trabajo ni siquiera de visitar periódicamente los distintos campamentos que han levantado dichas empresas, y a la vez verificar si cumplen con las normas laborales vigentes, así como con los derechos y beneficios sociales que rigen en Bolivia.

Y por último, ver y comprobar las condiciones inhumanas en las que han sido y son obligados a sobrevivir, tanto por la mala alimentación diaria, como por dormir en las famosas “carpas dormitorio” y, por supuesto, escuchar de boca de los mismos trabajadores el maltrato que reciben de los capataces chinos, quienes como si los trabajadores bolivianos fuesen sus esclavos, los insultaban con palabras soeces y ante la exigencia de que se los respete como bolivianos, se salen por la tangente y lamentablemente terminan agrediéndolos en forma física, siendo ganadores los capataces y perdedores los humildes trabajadores bolivianos.

Por todo lo detallado, el ciudadano común cree que el comportamiento abusivo de los capataces chinos se debe a que, lastimosamente, ya somos una nueva colonia china. No otra cosa puede ser que, desgraciadamente, el gobierno populista presidido por Evo Morales, al endeudar exorbitantemente a nuestro país ante el Imperio chino ha hipotecado no solo a nuestro país, sino también el futuro de nuestros hijos, y en consecuencia ha cometido el delito de “alta traición a la Patria”. Qué lástima, ¿verdad?