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Efectos del Covid-19

Economía ingresa en un proceso de desafíos financieros y sociales

> Reinversión o adecuación en la industria permitieron reducir en parte los efectos del Covid-19, en cuanto al desempleo, pero, a pesar de ello, se requiere una nueva flexibilización laboral que se ajuste a la coyuntura actual


Bolivia ingresa en situación económica complicada, con recesión profunda que provocará desempleo y cierre de empresas, mientras los privados esperan la ejecución rápida del Programa de Reactivación Económica con flexibilización laboral y de la mano de una inversión significativa de parte del Gobierno, para reducir las brechas de productividad, por ello los desafíos están a la vuelta de la esquina.

Los empresarios de Bolivia respaldan el Plan de Reactivación del Empleo del Gobierno, con un fondo de 16.000 millones de bolivianos, que representa el 6 % del PIB, pero es necesario que el Gobierno realice una fuerte inversión para reducir la brecha de productividad y del Producto Interno Bruto (PIB) actual con el PIB de largo plazo, producto de la pandemia, para salir de la recesión y alcanzar a mediano plazo una senda de crecimiento estable, opinó el economista y docente de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), Ernesto Bernal.

Uno de los datos que preocupa al sector exportador es la caída de las ventas al exterior, que oscilará entre 30 % a 40 %, según cálculos estimados por la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb).

“Tenemos una balanza comercial negativa por octavo año y una balanza fiscal deficitaria, y los únicos para revertir (este panorama) son los exportadores, pero no estamos en la agenda del Gobierno”, lamentó Gonzalo Molina, presidente de la Caneb.

A pesar de las solicitudes que hicieron a las autoridades nacionales, la respuesta fue negativa. “Tratamos de reunirnos y la respuesta es que no estamos en la agenda del gabinete. El Gobierno no tiene plan de reactivación económica exportadora y esto llena de preocupación”, expresó el entrevistado.

A eso sumó el tema de la burocracia, que no facilita el trabajo del sector exportador, que no solo perjudica en términos de tiempo sino también recaudación, lo que el gobierno llama ingresos propios, que el empresario cancela por los diferentes servicios que son prestados por las instancias públicas.

“Aparte de que nosotros pagamos los impuestos de importación y los impuestos para el mercado interno, debemos pagar tasas que ellos llaman recursos propios, en el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag; en la oficina de sustancias controladas y en una infinidad de entidades que el Estado ha creado pero que no les aporta con recursos del TGN sino que hace que estos recursos sean recaudados a través de los servicios a las empresas privadas productivas y exportadoras”, informó.

Por lo tanto, esos recursos no son propios sino que son generados por esas instituciones que cobran al empresario, al exportador, por algún servicio que prestan.

Industrias

Por otra parte, en el sector industrial, los más afectados por el Covid-19 son las denominadas no esenciales, como muebles, textiles, calzados, cueros, metalmecánica, muebles y rubros relacionados. Estas industrias experimentan un severo descenso en sus ventas y deben continuar con sus obligaciones salariales, tributarias, seguridad social y pago a proveedores, lo cual les genera iliquidez, señaló Ibo Blazicevic, presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI)

En ese contexto, de acuerdo con el Instituto Nacional de estadística (INE) a abril de 2020 el PIB de la Industria Manufacturera cayó a -6,5 % cuando a fines de 2019 se ubicaba en 3,19 %, un descenso de cerca de 10 puntos porcentuales, agregó el titular de la CNI.

“Se trata de la mayor contracción de la actividad económica industrial de los últimos 40 años. No obstante, la industria sigue y seguirá trabajando con denodado esfuerzo para abastecer a los mercados, razón por la cual solicita al Gobierno agilizar la aplicación del Plan de Reactivación del Empleo con los créditos bancarios, con garantías estatales, incentivos fiscales e incentivos para las compras de productos nacionales. Tenemos conocimiento que las reglamentaciones están siendo aprobada”, expresó.

Mientras tanto, para Rolando Kempff, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), la pandemia ha provocado una recesión que no se ha visto hace 100 años en el mundo, y producto de ello la actividad económica se ha cerrado de una forma muy fuerte, la producción industrial manufacturera cayó.

“La recuperación será difícil”, sostiene al indicar que los mercados financieros se complicaron con la caída de los commodities, especialmente del petróleo y minerales, con excepción del café, que creció.

A eso se suma la caída de las divisas en la región, complementó e informó, al igual que Molina, que la balanza comercial registró déficit, pero las reservas internacionales, de 6.200 millones de dólares, garantizan las importaciones por siete meses y también el tipo de cambio, pero la situación actual merece una evaluación constante, reflexionó.

“La deuda externa alcanzó aproximadamente a 12.000 millones de dólares y todavía hay un margen de 7 a 8.000 millones, y es por ello que el Gobierno y la sociedad deben entender que el país requiere financiamiento externo y este tiene que ser muy bien empleado para inyectar liquidez a la economía tanto para la oferta como para la demanda”, sostuvo.

Aparte de las industrias, el comercio y la economía naranja (gastronómico, turismo, transporte y hoteles) también fueron perjudicados, y por ello desde la Cámara de Comercio plantean aplicar modelos de una modernización de los empresarios.

“Aplicar la economía 4.0, que no es otra cosa la nueva revolución industrial del talento, mismo que se tiene que fortalecer para todo el tejido empresarial, y buscar la renovación permanente”, reflexionó.

Ese proceso ya se vio en la Argentina, apuntó e indicó que si bien el apoyo del Gobierno fue importante a través de bonos sociales, diferimiento de créditos, apoyo crediticio para el pago de planillas y créditos, el porcentaje alcanzó solo a 2,8 % del PIB, y lo que se quiere es un 6 %, por lo menos.

SECTORES Y

MERCADOS

Finalmente, Kempff apuntó que más adelante se debe ampliar los mercados para los productos nacionales y se debe impulsar la agricultura, y tomar la experiencia de Santa Cruz, para asegurar la alimentación.

Pero también espera que en lo inmediato mejore el clima de inversión y la seguridad jurídica para que el empresario nacional pueda dirigir capital a crear empresas así como atraer inversionistas extranjeros.

Recesión

Las cifras confirman la fuerte contracción de la actividad económica en general y en la industria en particular, lo cual ha impactado sobre una mayor desocupación. En este escenario, el sector industrial está operando con sus máximos esfuerzos para preservar las fuentes laborales, aseguró Blazicevic.

Es por ello que la CNI, para aliviar la recesión económica, plantea la flexibilidad laboral para preservar los empleos. “Es imprescindible ajustar el mercado laboral al mercado de bienes en la “nueva normalidad” de contracción económica”, destacó.

Informó que ante la coyuntura actual, las industrias aplicaron la contención y la reinversión o adecuación. “Las medidas de contención fueron diversas, pero pueden ser agrupadas en temas laborales, financieros y comerciales”, explicó.

Y una de las lecciones que deja el Covid-19 está referido al incremento de la productividad, con el objetivo de ser competitivos en el mercado local y enfrentar a las importaciones, señaló.

 
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