Esta práctica pone a las compañías en riesgo de sufrir más daños financieros en caso de una brecha de seguridad, un 51% más para las PyMEs y un 77% más para las empresas, en comparación con aquellas que actualizan a tiempo.
Aunque las vulnerabilidades son inevitables en cualquier software, incluir actualizaciones y parches de manera regular puede minimizar los riesgos. Es por este motivo que siempre se aconseja a los usuarios instalar las últimas versiones de software en cuanto estén disponibles, por más que las actualizaciones a veces sean complicadas o consuman tiempo. Considerando que casi la mitad de las empresas latinoamericanas utilizan alguna tecnología o software obsoleto, el informe de Kaspersky deja claro que las organizaciones deben priorizar la renovación del software y estar preparadas para invertir y ahorrar dinero a largo plazo. Ante una brecha de seguridad en las grandes empresas con tecnología obsoleta, tales como sistemas operativos sin parchar, software antiguo o dispositivos móviles no compatibles, los daños financieros pueden alcanzar un promedio de $1,252,000 dólares un 77% más que la media de las empresas con la tecnología completamente actualizada, $709,000 dólares.
En el caso de las PyMES de la región, el promedio de daños financieros alcanza los $112,000 para aquellas con tecnología obsoleta, es decir, 51% más que aquellas con TI actualizada, cuyas pérdidas ascienden a $74,000 dólares en el caso de una brecha de seguridad.