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[Augusto Vera]

Contra viento y marea

Los pírricos triunfos del Movimiento Tercer Sistema


No obstante que el gobernante Movimiento Al Socialismo no alcanzó las siete gobernaciones a las que aspiraba en las pasadas elecciones subnacionales, superó su presencia en los gobiernos municipales, respecto a los controlados como resultado de las elecciones de 2015. Por si fuera poco, es el único partido político que tiene presencia en los nueve departamentos de Bolivia. Así que pese a quien pese, no se puede discutir que incluidos todos los cuestionamientos –y muy graves-que su dilatado paso por el gobierno deja, todavía es la organización política con más apoyo por lo menos en los últimos quince años.

Sin embargo, nuestro sistema jurídico-legal y la normatividad que regula todo el andamiaje de partidos, elecciones, alianzas y todo lo inherente al funcionamiento de las organizaciones políticas, carecen de coherencia tal, que abren la posibilidad de perder la personería jurídica inclusive, aun ganando importantes cargos electivos. En las recientes elecciones para gobiernos municipales y departamentales, se dio algo parecido a ese fenómeno, que obedece más a las deficiencias de la ley que a factores políticos propiamente.

Por tanto, discrepo absolutamente con analistas que luego de conocerse los resultados finales ya del balotaje, sostienen que el Movimiento Tercer Sistema (MTS) se ha constituido en una fuerza política emergente o que Feliz Patzi, a partir de la nueva composición de autoridades subnacionales, sea el nuevo líder de la oposición en Bolivia. Los razonamientos en esa dirección, carecen del más mínimo sustento, habida cuenta que los importantes triunfos obtenidos en el Beni y Pando especialmente, no son más que el fruto de una ficción política, en atención a que en su momento los candidatos propuestos por el Partido de Patzi y luego una vez éstos fueron electos por el voto popular, son personalidades en sus regiones que ideológicamente nada tienen que ver con la novedosa tendencia doctrinaria de su fundador.

De hecho, Regis Richter, Ana Lucía Reis, José Alejandro Unzueta y Cristhian Miguel Cámara, no tienen afinidad ideológica con el MTS, que si alguna virtud tuvo, fue la de elegir acertadamente a los que, en algunos casos, fueron despreciados por el Movimiento Al Socialismo; pero esos antecedentes y las propias declaraciones de las nuevas autoridades electas en esos niveles de gobierno, avalan que ni siquiera retienen correctamente en la memoria el nombre de “su partido”. En consecuencia, las victorias de Patzi pueden, sin temor a equivocaciones, considerarse como triunfos pírricos, más aproximados a la fantasía, sobre todo si el aún Gobernador de La Paz en ejercicio, cree que quienes por cuenta de su organización política han alcanzado resonantes resultados, van a constituirse en apologistas de su línea, que dudo que siquiera la conozcan.

El sistema político boliviano, pero principalmente las modernas corrientes de la ciencia política, han uniformado la tendencia de que en las elecciones, especialmente regionales, el perfil del candidato, la credibilidad de su conducta y otras características muy suyas, no son sólo importantes, sino determinantes para la inclinación o rechazo por alguno de ellos, sin importar el partido o tendencia al que representan. Tal es el caso de las multicitadas autoridades electas por el MTS, que no han de seguir ninguna directriz de “su partido”, sino obedecer a sus propios criterios. En consecuencia, pudieron haber representado al partido de Juanito con las mismas posibilidades de triunfo. Y entonces, desde ese punto de vista, Félix Patzi no tiene mucho que celebrar porque el fin de todo partido político es la toma del poder, pero a través de la implantación de sus propios lineamientos ideológicos. El MTS no existe en el escenario político nacional, ni siquiera puede afirmarse que tiene alguna presencia en este departamento, donde su votación fue mínima, lo que impide pensar siquiera que se trate de un partido con influencia únicamente local. Su importancia no llega a eso.

Augusto Vera Riveros es jurista y escritor.

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

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