Gregorio Condori Quea, reciclador de basura

“Los que nos dedicamos a este oficio hacemos todo esto por necesidad, pero es riesgoso”



Este personaje alteño pasa sus días recolectando materiales que se ubican entre la basura de otros, con el objetivo de aprovechar lo que otras personas desprecian. El repara los zapatos usadoS para que su familia los aproveche o incluso llega a venderlos. Entre otras cosas también se dedica a costurar gorros de lana para el uso en invierno.
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Con una bolsa de yute y a veces con un cochecito en las manos, Gregorio Condori Quea sale cada mañana en búsqueda de materiales reciclables, su labor consiste en revolver la basura de otros recolectando plásticos, fierros y papeles que puede vender y llevar a su mesa el pan del día.

Desde tempranas horas, este alteño destacado abre las puertas de su habitación, ubicada en la zona Rey David, para luchar contra su destino, ese destino que no le ha permitido otra alternativa más que buscar entre escombros.

Él inició como panadero a sus 14 años, por lo que en su juventud este trabajo le creó una enfermedad que afecta su vida. Hoy, a sus 46 años, el reumatismo en sus manos le impide realizar otra actividad laboral.

Vive con su esposa y sus cinco hijos, a quienes mantiene con alegría y esfuerzo. Ella es analfabeta, pero para apoyar en su hogar sale a pastear ovejas ganando Bs 10 por jornada. Gregorio asegura también que sus hijos, a pesar de su corta edad, acompañan a sus padres en sus distintas actividades.

¿Cuánto tiempo lleva reciclando?

Ya son ocho años que reciclo latas, baldes, botellas pet y fierros. Una temporada rebajó el precio del plástico entonces pude ver otras maneras de reciclar papel, nylon y cobre, este último lo saco de aparatos en desuso, quemo el cable y saco su cobre. Después, los encargados vienen a recoger el material en carros y se lo llevan directo por toneladas a la empresa.

En otras ocasiones, cuando hay fiestas, me dedico a recoger latas de cerveza.

¿A qué hora empieza su labor?

Salgo a las 18:00 ó 19:00, me visto con ropa viejita y llevo un yute para recoger las chatarras que no sirven. Mi esposa sale a acopiar con un cochecito, pero ahora se pinchó una llanta y no puedo hacerla arreglar.

Vamos a cada botadero de la ciudad de El Alto hasta las 22:00, a veces vuelvo a la medianoche. En algunas ocasiones tengo suerte y encuentro alguna movilidad pero como no hay muchos vehículos debo caminar, por lo que a casa llego a las 03:00 del día siguiente. Es peligroso el camino, una vez me han asaltado. Ellos querían dinero pero, como no tenía, me han quitado mi celular antigüito de 60 bolivianos.

Después de todo este tiempo, ¿Por qué no se dedica a otro rubro?

Desde mis 14 años hasta los 24 he trabajado como panadero, pero tanto meter mi mano a temperaturas calientes y frías me ha dado reumatismo. Ahora me llaman, pero ya no puedo trabajar como antes, lo mismo me pasa con trabajos en carpintería o albañilería. Mis manos ya no responden.

¿Qué actividades realiza además del reciclaje?

Vendo de todo: pantalones, chamarras y zapatos en mal estado, los debo arreglar para revenderlos. Por ejemplo, agarro un zapato que he encontrado en el botadero, todo está bien y sólo cambio su planta para que se pueda usar por más tiempo; algo así puedo comercializarlo en 15, 10 ó hasta 5 bolivianos en la Feria 16 de Julio los domingos, mejor si lo vendo barato porque así no me siento como los “catuquipas” que todo el día se la pasan intentando vender un producto porque está más caro.

Arreglo pantalones en mal estado para mis hijos, se los ajusto a su medida. También tejo chompitas para ellos y algunos zapatos se los costuro a la medida. Los que son más nuevitos lo vendo y los más gastaditos los usan mis hijos o yo.

¿Es difícil costurar?

Sí, hay que dar vueltas, hasta me he maltratado al principio, me lastimaba las manos.

¿Costura cosas nuevas?

Sí, hago gorritos de lana a mano, desde mis ocho años ya sabía cómo se hilaba, a mis 10 ó 15 años aprendí mirando a mi padre. Antes yo cuidaba ovejas en el campo y sacaba su lana de un costado poco a poco hasta que un día me ha pescado mi papa y me dijo “haber mostrame” y ahí me enseñó y decidió comprármelo más lana.

En la escuela yo quería salir al recreo o quería estar tejiendo. A veces lo hacía para mis profesores, a su gusto, me pagaban 35 bolivianos y con eso compraba mis útiles, hoy ya no compran estos gorros hechos a mano pero en el campo cuestan Bs 150.

Cuando busca en los basurales, ¿con qué peligros se encuentra?

Son varios y muy diferentes, hay vidrios rotos que cortan, una vez ya me pasó, ahora sólo alzo bolsas sanas. Los que nos dedicamos a este oficio hacemos todo esto por necesidad, pero es riesgoso.

En la basura se encuentra de todo: muñequitos punzados con alfiler del ojo, con los pies amarrados, también coca, cigarros, pero yo agarro y lo voto a un lado y sigo en busca de lo que quiero. Veo brujerías, botellas de singani con una foto adentro y a veces pienso que a nosotros (su familia) capaz que nos afecte.

Una vez, incluso, encontré un bebé recién nacido pero muerto, era varoncito. Su piecito apareció en la bolsa y me dio miedo, ya no quería seguir buscando más. En Villa Tunari, también vi un pie (fémur) humano, seguramente lo han descuartizado, estaba en una de las bolsas en las que busque el material.

¿Y qué hizo, informó a alguien?

Era a las 20:00, del susto me vine a casa por temor a que me culpen. Una vez también en Collpani encontré harta coca con un olor fuerte, pero me fui igual por temor a que me confundan diciéndome que vendo droga.

¿Qué le dice la gente?

Algunos me regalan plástico, otros me regalan comida para chancho, cuando tengo mucho material opto por dejar los plásticos, a veces.

¿Tiene animales?

Vendiendo esas chatarras hemos comprado chanchos, pero uno se ha muerto. Comen mucho, los sacamos a la calle, pero la gente los roba, tenemos que buscarlos casa por casa y son los propios vecinos son los que se lo agarran.

¿Qué futuro proyecta para sus hijos?

Tengo cinco hijos, cuatro están en colegio, el mayor se llama Wilfredo, tiene 11 años, luego Juan de nueve, Cristian de seis, Bertha de cinco y Willma de tres.

No quiero que mis hijos anden como yo, quiero que por lo menos aprendan a costurar.

¿Sale a pasear con ellos?

Eso implica gasto, si los llevo al parque por lo menos voy a gastar 100, una vez hemos ido cuando teníamos platita. Debemos pagar Bs 70 en el almuerzo nomás, en la calle no se puede comprar comida es mucho gasto, por eso es mejor llevarse de la casa. Ellos no quieren sopita nomas, quieren segunditos.

¿Cuánto es su ingreso?

Es poco, pero a veces logramos recaudar unos Bs 50 u 80 y en ocasiones hasta 200 bolivianos. No nos alcanza.

¿En cuánto tiempo vende sus materiales reciclables?

Cada dos semanas, cada medio mes, los que recogen con los carros, nos llaman y a veces nosotros también les llamamos.

¿Y su esposa?

Es analfabeta, sólo pastea ovejas para la dueña de casa y le paga 10 bolivianos, a veces también va a reciclar con su cochecito. Se llama Sofia Quispe.

¿Cuánto paga de alquiler?

Pagamos 50 bolivianos, 10 de luz y 10 de agua, en total 70, eso es barato, otros quieren 100 por cuarto.

¿Cuál es el menú del día para su familia?

En el desayuno té o café con pan, una vez al mes nos hacemos un sándwich. Almorzamos sopita de arroz o de fideo, a veces un segundito de arroz o fideo con su tortilla, huevo estrellado o un saice pero ya no con sopa, otro día puede ser un chairo con trigo, no les gusta mucho a mis hijos pero tienen que comerlo.

En la cena a veces cocinamos una sopita o a veces té nomas, en otras oportunidades hacemos como en Yungas café con arroz.

 
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