Denuncian contaminación por desecho de lote de medicamentos en La Cumbre

Habitantes del sector de La Cumbre, camino a los Yungas, denunciaron contaminación ambiental por la aparición de un lote de medicamentos fenecidos, desechados sin tratamiento alguno en los alrededores de la comunidad.

Son tabletas y ampollas de Methyldopa, 500 mg, que es un antidepresivo indicado en casos de hipertensión arterial leve, moderada o intensa. También Cloramphenicol Sodium 1 gramo, que es un antibiótico útil clínicamente para infecciones graves, causadas por organismos susceptibles a sus efectos antimicrobianos cuando menos peligrosos agentes terapéuticos son ineficaces o contraindicados, ambos fármacos se presentan en mayor cantidad. Todos los fármacos encontrados caducaron en el año 2009.

En conversación con EL DIARIO, los denunciantes que pidieron no ser identificados, relataron que los medicamentos fueron enterrados de manera clandestina y pasados los días quedaron esparcidos por el suelo, constituyéndose en un serio riesgo para quienes transitan por esa vía.

El sector donde fueron hallados es el descenso al ingresar a los Yungas a 20 minutos por el camino de herradura, llegando a la cima de las montañas.

“Se ha encontrado varias cajas de medicamentos, creemos que éstos fueron botados sin cuidado alguno porque querían hacer desaparecer alguna evidencia y también porque estaban escondidos y en gran cantidad”, relató uno de los comunarios.

Agregó que “también se puede observar que muchos de estos fueron ya regados al parecer por los fuertes vientos. Otra cantidad va recorriendo el sector por agua”, dijo.

Una de las principales preocupaciones de los habitantes del sector es que estos medicamentos ocasionen daños al medio ambiente, sabiendo que en la región existe flora y fauna nativa. Asimismo, los habitantes temen beber agua envenenada con estos químicos.

“Nos preocupa de gran manera, nos hemos percatado de esto cuando íbamos a hacer trabajos de rutina y pasábamos por el lugar, a lo mejor si no hubiésemos transitado por acá no nos hubiésemos dado cuenta”, lamentó otro de los afectados, que además aseguraron no haber presentado la denuncia ante las autoridades pertinentes.

EL DIARIO dio a conocer esta situación al Viceministerio de Salud a través de su principal autoridad, Martín Maturano, quien manifestó que se instruirá a técnicos del Servicio Departamental de Salud para que se efectúe una investigación del hecho.

“Averiguaremos a través del Sedes, porque no se puede desechar ningún medicamento así nomás, ésto está normado y requiere ciertos tratamientos, existe un reglamento para desechar los fármacos que están vencidos”, aseguró.

En Bolivia está en vigencia la Ley de Medicamentos 1737 del año 1996.

En el capítulo 17 del reglamento de La Ley se hace referencia a la Farmacovigilancia, la misma refiere en su artículo primero que “ el Ministerio de Salud y Previsión Social programará actividades que sean necesarias para vigilar el comportamiento de los medicamentos (…) con la finalidad de determinar la relación beneficio – riesgo de los medicamentos, entre otros”.

Las funciones de Farmacovigilancia son de recoger, estudiar, analizar y evaluar toda la información sobre los efectos adversos y tóxicos de los medicamentos después de su registro y comercialización.

De las sanciones e infracciones el reglamento en su artículo 142 se refiere a que se sancionará en caso ilícito de acuerdo con la gravedad del caso.

El contacto de esas sustancias con el medio ambiente puede provocar daños al ecosistema a corto o largo plazo. Debido a su riesgo potencial, no debe ser liberado en las cañerías, en el suelo o el medio ambiente. Tratamientos especiales tienen que ser tomados en cuenta antes de ser desechados.

La forma material de un producto químico puede influir en como penetra en el organismo y en alguna medida en el daño que provoca. Las principales formas materiales de los productos químicos son sólidos, polvos, líquidos, vapores y gases.

Todos los países están luchando hoy día con el problema de los desechos químicos y de cómo eliminarlos permanentemente y con seguridad. La mejor solución que se ha encontrado hasta la fecha es utilizar vertederos aprobados especialmente y bien mantenidos que evitan que las sustancias químicas se filtren al agua subterránea y a las zonas de viviendas o cultivos. Nunca es una solución arrojar los productos químicos al océano, pues pueden tener consecuencias graves: las sustancias pasan a la cadena alimentaria, destruyen la vida según la enciclopedia Wikipedia.