Bolivia debe industrializar el gas

Las manifestaciones populares realizadas en el país en diciembre 2010 por la elevación de precios de los carburantes mediante el Decreto Supremo No. 748, denominado “gasolinazo”, derivaron en una crisis económica y social que el gobierno de Evo Morales tuvo que afrontar. Se observó descontento y desilusión en la población por aquella medida desacertada, basada en la nivelación de precios o “paridad de precios”, principio sustentado por la teoría de la competencia capitalista como la base del desarrollo económico de las empresas.

El “gasolinazo” fue una prueba contundente de la incapacidad reformista del actual Gobierno, que teóricamente tuvo por finalidad potenciar la capacidad productiva del país, tomando decisiones como la nacionalización e industrialización de los hidrocarburos. Pero en la práctica aquellas intenciones se frustraron y prueba de ello es que actualmente dependemos de las empresas petroleras transnacionales para producir y exportar.

La contundencia de las protestas populares obligó al Gobierno a abrogar el impopular DS No. 748, pero no pudo detener la elevación desmesurada de precios de los productos de la canasta familiar, sin control fiscal.

SUBVENCIÓN A CARBURANTES

El Ministro de Economía y Finanzas en el proyecto de ley del Presupuesto General del Estado (PGE) para la gestión 2013 anunció un monto de 1.060 millones de dólares para la subvención a los carburantes (diesel oil, gasolinas, GLP).

Al respecto el Gobierno ha confirmado su intención de derivar la subvención a los carburantes a un “debate nacional”, donde participarían organizaciones sociales para la toma de decisiones, ¡qué tal!

Otra vez cunde la angustia en la ciudadanía por un posible incremento en el precio de los carburantes, sea gradual o total, que, de cualquier manera, significará la elevación del costo de productos de la canasta familiar, afectando a la depauperada economía de las mayorías nacionales.

INDUSTRIALIZACIÓN DEL GAS

A través de la prensa nacional varias veces especialistas, técnicos petroleros, consultores y expertos en la materia han manifestado la factibilidad de industrializar el gas, como un reto histórico y por su importancia en la estructura productiva del país. Consideran que es posible industrializar el gas, incluso abordando simultáneamente los objetivos de exportar e industrializar, siempre que sean establecidas las condiciones para aumentar las reservas y la producción mediante la inversión de capitales.

Hacer lo contrario y seguir exportando gas rico con licuables a la Argentina desde 1972 y al Brasil desde 1999 (segundo semestre) significa para Bolivia la pérdida de miles de millones de dólares, ya que aquellos recursos podrían servir como soporte financiero para el proceso de industrialización y el fortalecimiento de la economía nacional.

FINANCIAMIENTO PARA LA INDUSTRIALIZACIÓN

Plataforma Energética de la institución CEDLA menciona entre otras las siguientes fuentes de financiamiento:

1.- Créditos otorgados por el Banco Central de Bolivia (BCB). 2.- Recursos definidos por el Presupuesto General del Estado (PGE). 3.- Alianza de socios estratégicos. 4.- Créditos de la Banca Privada Nacional. 5.- Créditos ilaterales y multilaterales (CAF, BM, BID), etc.

VENTAJAS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

1.- Supresión de subvenciones millonarias a los carburantes. 2.- Creación de fuentes de trabajo y mejores condiciones de vida para el pueblo boliviano. 3.- Producción de diesel oil, gasolinas y otros derivados. 4.- Mayores ingresos para el Tesoro General de la Nación. 5.- Generación de divisas. 6.- Vertebración caminera. 7.- Liquidación de la deuda externa. 8.- Mayores ingresos para los departamentos productores. 9.- Dejar de ser país mendigo y subdesarrollado. 10.- Desechar el esquema neoliberal de expoliar y exportar materias primas. 11.- Hacer infraestructura cuartelaria en fronteras para las FFAA y la Policía, a fin de combatir el contrabando de carburantes y otros.

Lo que falta es voluntad política y mejor servicio a la Patria para efectivizar la industrialización del gas natural y así cumplir con el mandato soberano del pueblo de Bolivia de Octubre de 2003.