¿Hacia un nuevo orden mundial para vivir bien?

El bullado caso del “G77 menos China”, después de la reunión de dos días de las jefas y jefes de estados en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, no mostró al mundo algo novedoso. Simple y llanamente en sus 242 pronunciamientos repitieron casi los mismos enunciados de las anteriores cumbres. La Cumbre G77, realizada en Santa Cruz, obedeció precisamente al 50 aniversario de su constitución, del cual Bolivia tuvo el privilegio de ser su anfitrión. Sin embargo, los varios pronunciamientos de los estados coincidieron en afirmar que la erradicación de la pobreza, considerada como el mayor problema de la humanidad, después de 2015 debe estar en la agenda de desarrollo de las Naciones Unidas para apoyar con medios efectivos su cumplimiento en el futuro.

En el pasado, por ejemplo en la Cumbre de Copenhague, muchos de los pronunciamientos eran coherentes y algunas de novedad. Dinamarca presentaba condonar la deuda externa a algunos países; Francia planteaba el impuesto Tobin; Noruega y otros expresaron su apoyo a la iniciativa 20/20 y Bolivia mostraba el conjunto de reformas y acciones que había que realizar con el propósito de aliviar la pobreza y mejorar la calidad de vida de su población.

Esta vez Bolivia nada importante presentó, solamente dos obsoletos temas ajenos a la realidad del mundo globalizado y demostró un derroche de poder económico. Se internacionalizó el “ama suwa, ama llulla y amaqhilla”, considerados como valores tradicionales y ancestrales; y se planteó “Hacia un Nuevo Orden Mundial para Vivir bien”. Y se mostró derroche económico, se tiró la casa por la ventana. Lamentablemente en estos últimos años nos hemos acostumbrado a folclorizar todo, sin un mayor entendimiento del verdadero origen de la cultura andina, sin diferenciar lo sagrado de lo profano y repitiendo como loros todo aquello que nos cae bien al oído.

La trilogía en quechua, que utilizamos constantemente como valores tradicionales de los Andes, ni siquiera es de origen incaico, sino una imposición a los originarios en la colonia española. Nuevo Orden Mundial (NOM) tiene sus orígenes en 1987, obedeció a la necesidad estratégica del imperialismo por el temor que generó la crisis de petróleo en octubre de 1973. Está diagramado para establecer una sola economía mundial, un gobierno, una religión, una moneda y en su contexto global tiene ocho principios bien definidos. ¿A ese camino vamos con la Cumbre de Santa Cruz? Y cuando se añade “Para vivir bien”, tampoco se conoce el origen y se ignora completamente a su compilador.

El “Vivir bien” no se refiere a una realidad, sino es simplemente una partecita de la filosofía andina. Simón Yampara Huarachi después de hacer un estudio sociológico de una comunidad aymara difundió: Suma Qamaña, que se traduce: Vivir bien. Ahora se utiliza para todo con o sin razón. Y el derroche económico es lo que más molestó a la población boliviana; incluso a muchos visitantes no les cayó bien. No era necesario tanto derroche de dinero con la movilización de grupos sociales con danzas folclóricas en lo que se denominó: Feria Intercultural y Productiva de los Pueblos.

Además los regalos de joyas de oro a los a los presidentes y de plata con adornos de piedras preciosas a los representantes que asistieron al evento. Los que asistimos a algunos cumbres a nivel mundial sabemos que jamás se hace este tipo de obsequios. Este caso es algo inédito y un mal ejemplo para los países pobres del mundo.

En la cumbre de Santa Cruz de la Sierra, jefas y jefes de estado no llegaron a un resumen de las 242 pronunciamientos o sea a una conclusión final de sus declaraciones, tampoco plantearon la forma de efectuar en el futuro un seguimiento para el cumplimiento de los mencionados, simplemente quedaron como un conjunto de declaraciones. Y se olvidaron de los problemas socio-económicos y la salud, que hoy más afectan a la humanidad en todo el mundo.

Finalmente nos preguntamos: ¿cómo se erradicará la pobreza o se quedará en el papel como un simple “saludo a la bandera”? El tema de la pobreza es sumamente complicado, primeramente se requiere un estudio técnico y medir la pobreza. Además se debe tener presente que hay pobreza colectiva y pobreza individual. Veremos cómo encaran el reto de la erradicación de la pobreza, no es un tema nuevo, sino un planteamiento de muchos años.

El autor es antropólogo.