Resabios oligárquicos quedan en Chile

El canciller chileno Heraldo Muñoz afirmó, refiriéndose a la demanda marítima boliviana: “Sino que también esto es un cuestionamiento a los tratados de límites a nivel general, en lo global, y por lo tanto, la comunidad internacional tiene derecho a saber estos mensajes” (EL DIARIO, agosto 25 de 2014).

La autoridad, por lo visto, pretende persuadir a la opinión pública continental, manejando el argumento de que Bolivia con la demanda interpuesta en la Corte Internacional de Justicia de La Haya contra Chile, cuestiona los tratados “de límites a nivel general, en lo global”. Es una enorme mentira que no tiene cabida en la historia y menos entre quienes gobiernan los pueblos o presiden organismos multilaterales, en el mundo.

Chile, en resumidas cuentas, no tiene la voluntad política para encarar una solución de “buena fe” al centenario enclaustramiento boliviano.

El canciller Muñoz cree que seguimos viviendo con el temor y la incertidumbre de la Bolivia del Siglo XIX. Cree que con el infundio nos va a intimidar. No, señor. La amenaza, como aquella que profirió el presidente Joaquín Prieto (1831 - 1841), ya no tiene repercusión política hoy. Chile ha decidido “continuar la guerra hasta la destrucción del poder de Andrés de Santa Cruz y su Confederación”, decía, irascible, el dignatario de Estado (Phillip T. Parkerson: “Andrés de Santa Cruz y la Confederación Perú- Boliviana 1835/1839”, La Paz 1984, pág. 253).

En este marco el canciller Muñoz continúa lanzando sus sandeces que no hacen más que provocar la hilaridad del pueblo boliviano.

La Bolivia empobrecida, atrasada y gobernada por atrabiliarios, lunáticos e irresponsables personajes, de la que hizo escarnio el mapuche, ha pasado a la historia y se impone una que inspira respeto, no por motivos político – ideológicos sino porque ha logrado consolidar su desarrollo hacia un destino mejor.

Bolivia ha cambiado, en el contexto de los tiempos que se imponen, gracias al esfuerzo mancomunado de sus hijos del oriente y occidente, rurales y urbanos, quienes promovieron la era de la exportación gasífera y profundizaron los proyectos mineralógicos, en la perspectiva de priorizar los supremos objetivos del bien común.

Tal actitud ha causado dentera en los poderosos que la circundan y cuyas garras provocaron su desmembramiento territorial. Hecho que nunca volverá a ocurrir porque los bolivianos jamás lo permitirán.

Chile, en 1879, en connivencia con el poder bélico inglés, invadió territorio boliviano, cercenando su salida libre, útil y soberana al Pacífico. Empero ahora, en pleno Siglo XXI, cuyos postulados redundan por la paz, el entendimiento e integración, trata de eludir responsabilidades en este tema, que es conocimiento de La Haya.

En suma: Chile mientras queden resabios oligárquicos, como el canciller Muñoz, no dará un paso al costado, en el tema marítimo boliviano.