Exterminación de la marraqueta

Aunque en apariencia, el pan sería un tema económico, en realidad abarca todo un abanico político pues, los productores de este alimento vital para el consumo de la población han saltado literalmente de una huelga contra la supuesta elevación del precio de la harina, a la erradicación total de la marraqueta.

Esta siniestra jugada contra la población de escasos recursos, cuyo alimento diario y de toda la vida es la marraqueta, emblema histórico y de identidad del ínclito pueblo de La Paz, debe conlcuir.

En mejores términos, los panaderos (con alguna excepción), utilizan el “pan de batalla” como arma política para obligar a los consumidores aceptar la elevación del precio del pan, sin importarles el efecto dominó que con sólo mencionar la alteración del precio de este producto genera el alza de la canasta familiar, del transporte y de otros rubros.

La opinión pública paceña, en todas sus clases sociales, sabe de la derrota del argumento de los panificadores, respecto a que la harina había subido y que es preciso restablecer la subvención quitada recientemente por el Gobierno.

La marraqueta, reiteramos, emblema paceño, no puede ser erradicada por el capricho de los panaderos que, al fin de cuentas, viven gracias a los consumidores. No constituye un favor a La Paz, que los panificadores vuelvan a hornear y producir la marraqueta.

De lo contrario, las autoridades deben pensar en una apertura de libre mercado para que vuelva la circulación de este pan de batalla del que vive el pueblo de La Paz.