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Exceso de sedimento agrava desborde del río Pilcomayo

• El río que tiene unos 2.500 kilómetros de longitud nace cristalino en las montañas de Oruro, pero se contamina en Potosí, según reporte periodístico


Sedimientos provocan desbordamiento del río Pilcomayo.

Entendidos en la materia dan cuenta de que la problemática del sedimento en el río Pilcomayo es un factor que incide directamente en la magnitud de los desbordes que presenta este año, lo que requiere de acciones coordinadas entre los tres países unidos por su cauce.

Desde la Oficina Técnica Nacional de los Ríos Pilcomayo y Bermejo (OTN-PB), se anuncian gestiones en curso ante el Gobierno Nacional con el fin de garantizar que la limpieza del lecho se realice de forma constante cada año.

El río Pilcomayo que tiene unos 2.500 kilómetros de longitud nace cristalino en las montañas de Oruro pero se contamina en Potosí, donde numerosos estudios señalan que cambia su estado por los desechos de minerales que se depositan de los ingenios mineros.

Una de las características de este río es que transporta grandes cantidades de sedimentos que tienen mayor efecto en la cuenca baja, donde atraviesa el Gran Chaco tarijeño para desembocar en Argentina y Paraguay. Como consecuencia, se produce en su transcurso el desborde y la sobre elevación permanente de su lecho, generándose así sucesivas crecientes que producen roturas de las márgenes del río, especialmente en la época de verano.

Desde Argentina, Luis María de la Cruz, quien administra el Sistema de Alerta Pilcomayo Gran Chaco Proadapt y viene estudiando el Pilcomayo desde el año 2000, explicó a El País que si bien el factor lluvia es el detonante de la crecida del cauce y los consecuentes desbordes, los trabajos de limpieza del lecho pueden ayudar a evitar catástrofes.

“El Pilcomayo tiene un volumen importante de sedimentos que se arrastran hacia la cuenca baja, estos van depositándose a medida que avanza el río, cuando baja la velocidad del agua los sedimentos caen y se depositan sobre el lecho disminuyendo la profundidad del rio, ese factor es el que está hoy provocando los grandes desbordes en la zona más baja de Bolivia, en Salta y en Paraguay”, explicó el especialista.

De la Cruz afirmó que conoce que en la actualidad en el territorio boliviano la OTN con sede en Tarija está trabajando bastante para contar con las autorizaciones del Gobierno y el presupuesto que le permitan contar con una mayor capacidad de labor en sobre el cauce del Pilcomayo, donde indicó es imposible ejercer un control pleno pero sí se puede abordar los puntos críticos con obras de ingeniería.

“Además de las lluvias la situación actual se debe a que el río ha perdido profundidad, pero tomando puntos clave se pueden hacer limpiezas que ayuden al río. Sin duda estas son obras gigantescas que requieren de una ingeniería, maquinaria, y un presupuesto adecuado, obras que deben ir en función al desarrollo poblacional. Se puede disminuir los desbordes limpiando el lecho en zonas críticas, rectificando áreas que han formado meandros peligrosos, para recuperar así la profundidad del rio”, explicó.

CAUCE INDOMITO

Para el director de la fundación Naturaleza Tierra y Vida (NATIVA), Iván Arnold, que realizó por una década estudios enfocados a la flora y fauna de este río, se trata de uno de los cauces más indómitos que tiene actualmente Bolivia, con una dinámica que por millones de años moldeó la llanura chaqueña, siendo la problemática de los desbordes en zonas poblacionales generada también por el avance de los asentamientos humanos en constante crecimiento a lo largo de sus riberas.

Arnold explicó que la cantidad de sedimentos es abundante y según estudios llega de 100 a 200 millones de toneladas por año, lo que hace que el lecho se eleve y el cauce vaya migrando hacia nuevas zonas, generando bañados y esteros con un trazo natural siempre cambiante.

“Seguramente las obras civiles de ingeniería podrían ayudar a reducir el efecto de los desbordes, pero hay que tener en cuenta que es difícil de dominar caudales que alcanzan de 1.500 metros cúbicos por segundo a 3.000. Conozco que hace un par de años se intervino un meandro lo que sirvió por un tiempo pero el río discurre. Otro tema son los ciclos de la naturaleza”, manifestó Arnold.

El director ejecutivo de la Oficina Técnica Nacional de los Ríos Pilcomayo y Bermejo (OTN-PB), Rubén Vaca, que se constituyó hasta Villa Montes para monitorear in situ un nuevo repunte del caudal del Pilcomayo, indicó que obras como los defensivos pudieron evitar que los desbordes generen incluso pérdidas humanas en la última crecida que se suscitó hace un par de semanas y alcanzó los 7,5 metros. El funcionario recientemente posesionado en el cargo, dijo que es necesario incrementar el trabajo de limpieza en puntos específicos, para lo cual se están realizando gestiones ante el Gobierno Nacional a nivel de Ministerio y Cancillería, que involucrarán también a los Gobiernos de Argentina y Paraguay. (Gustavo Márquez/El País)

 
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