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Invidentes alteños

Poca sensibilidad social por personas con discapacidad

> Las personas con discapacidad visual sufren la indiferencia de la sociedad que no colabora en las calles ni edificios públicos cuando tienen dificultades


Es una buena práctica caminar con los ojos cerrados para entender la dificultad de las personas con discapacidad visual.

Más de 800 personas con discapacidad visual (ciegas) transitan por las calles de esta urbe, haciendo uso de su bastón, pero son víctimas de la poca colaboración e insensibilidad de conductores imprudentes y personas indiferentes que perdieron la consideración por este sector de la población.

Las personas invidentes o ciegas enfrentan esta realidad en pocos casos desde su nacimiento, pero en algunos se trata de accidentes de tránsito, enfermedades no atendidas, accidentes laborales, entre otros, lo que les impidió poder contar con la posibilidad de visión, por lo que para que ellos puedan transitar en la urbe alteña o en otras regiones hacen uso de su bastón blanco, una extensión de uno de sus sentidos de persuasión.

“El municipio aplica las políticas de sensibilización, es por eso que estamos dando a conocer cono las personas deben conducir y ayudar a una persona que enfrenta una de estas discapacidades. En esta ciudad se registra 800 personas ciegas que en algunos casos está afiliada a una sola asociación, la misma que está compuesta por 60 personas y a nivel departamental se tienen 1.400 personas que enfrentan esta discapacidad”, explicó la representante de la Defensoría, Blanca Mendoza.

Las autoridades del municipio dan cuenta que así como ellos la sociedad deben aprender que el bastón blanco no significa el símbolo de una personas invidente, sino entender que a partir de este instrumento ellos pueden tener su contacto con la realidad, poder sentir por donde están caminando, posibles riesgos que pueden evitar, por lo tanto es una extensión de uno de sus sentidos.

Pero en mucho de los casos las personas no videntes pocas veces reciben ayuda de transeúntes o conductores, cuando están en medio de la acera, calzada o cuando deben embarcarse a una movilidad.

“La gente no ayuda, es poco sensible ahora, pero los jóvenes, ellos están con sus celulares caminando, creo que están más ciegos que los invidentes, porque no miran al frente por donde van y se chocan con las personas con bastón y todavía solo dicen hay perdón, pero no ayudan, siguen caminando. Los choferes son los que peor maltrato generan en contra de estas personas, fuera de que no suelen recibir a las mujeres que están con sus bultos, a los no videntes pero les hacen, no quieren que suban al vehículo, se molestan, los hacen bajar antes, son el colmo y en el caso de nosotros los comerciantes, no todos somos iguales, como ellos no ven y solo se guían por su bastón, a veces se chocan y mis compañeros les riñen, se molestan, porque no te fijas, les dicen, cuando ellos no pueden ver, la gente es mala no ayuda a los ciegos”, explicó Francisca Mamani una comerciante de la Ceja, quien a diario observa que la población y sobre todo las nuevas generaciones pierde la sensibilidad humana de ayudar a las personas discapacitadas.

En tanto los espacios urbanos en la Ceja y la urbe alteña, no responden a una infraestructura que facilite a las personas discapacitadas, por el contrario, son las aceras las que están llenas de comercio, la calzada de motorizados imprudentes y en las pasarelas se corre el riesgo de ser atracado, los espacios urbanos con baches, huecos, no favorece a las personas ciegas.

 
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