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[Juan Carlos Tapia]

Impunidad de la deshonra


Excepción de generales, en un desarrollo anómalo y perverso, al margen del supuesto honor y dignidad personal en la competencia y cumplimiento del deber y una indisciplina deshonrosa que destruye, y que nadie advirtió el enorme daño que afectaría a la institución, canonjías que salieron de la ignominia, atentando mortalmente contra la integridad de su cuna institucional, cual mercachifles vendieron y entregaron a las garras de un buitre ansioso por controlar el poder total del Estado, bajo los designios del socialismo marxista leninista, como el brazo armado deliberante del Mas.

Generales que descubren la monstruosidad y atrocidades de su conciencia, embriagados por la servil condición que olvidan e ignoran su doctrina, Ley Orgánica, reglamentos y otros requisitos militares, apadrinados por el poder político, consiguen el grado impuesto, salidos de la oscuridad sin méritos ni valores, de hecho de inmadura y pobre formación profesional, lo que permitió violar el principio tradicional de la “Neutralidad política”, escarnio que arrasó con los valores castrenses, prevaleciendo la unión de instintos e intereses personales, de excesiva irracionalidad que dio paso franco al nefasto sometimiento de la institución a manos de gente sin sentido de Patria, cuya arrogancia impuso la ideologización política socialista.

Locura en pos de figuración y deseos ambiciosos de poder, vendieron su alma al diablo bajo el consentimiento y deleitamiento inaudito de los “estados mayores”, silente encubridor repelente que también los hace culpables. Generales aduladores que perdieron el sentido común, declarando a su institución como “socialista, anti imperialista, anti-neoliberal”, con seguridad algunos no sabían por qué.

Nadie impidió que se consagre principios de lealtad, espíritu militar, responsabilidad, sobre todo el sentimiento de pertenencia, 14 años de oscuridad que destrozó la tradición institucional, conjuntamente la doctrina, ley orgánica, reglamentos, disciplina, emblemas, símbolos, dignidad y orgullo, los echaron por la borda, imponiendo una extraña bandera multicolor fuera de toda esencia histórica institucional, malograron y cambiaron “subordinación y constancia”, por “patria o muerte”, lema comunista de cubanos aniquilados por las Fuerzas Armadas, con dignidad y valor militar.

Vergüenza en las páginas de los fastos militares, la Justicia Militar sumida en el tren del sometimiento y complicidad, no abrió la boca ni actuó de oficio, se aplicó la lógica del dejar hacer o dejar pasar, los valores y principios castrenses al agua como responsabilidad “masista”. Casi 20 generales que gozaron los deleites de 14 años, cargos y premios importantes en el exterior y otros beneficios, éxito de Evo corrompió y envileció a todo el sequito de mandantes, haciéndolos bailar en la plaza Villarroel (aniversario del Mas), donde juraron fidelidad y lealtad política. Delitos punibles de lesa patria e institucional, tan despreciables y dignos del rechazo social, que a la fecha no facturó cuentas, es lógico cuidar el prestigio y dignidad institucional, pero estos militares merecen sanciones ejemplarizadoras.

El gran instrumento de persuasión a estos traidores fue la codicia de poder y megalomanía, pasando miel por la boca comprando conciencias, sobornando y chantajeando, llevó a la insensatez y abominación. Éstos mancharon el sagrado juramento de amor a la Patria y suponemos que quien ató los cordeles del calzado de Evo, estuvo a cargo de la organización de “comisarios” camuflados, para denunciar toda conspiración interna.

Muhos de los militares no comprometidos, de excelente formación, orgullo, lealtad y honestidad, víctimas de las imposiciones, no pudieron abstraerse a la eventualidad del desafortunado deterioro moral pasajero, de ver cómo la institución cayó en manos de un ignorante que se refinó mejor que un burócrata, de instintos netos Lombrosanos, las FFAA en la “guardia pretoriana” de un dictador de marras.

El general español Primo de Rivera, por su inmensurable amor, lealtad e integridad a su institución, indicaba que las FFAA “son la salvaguarda de lo permanente, por esta razón no deben comprometerse en lo incidental, ni mezclarse en luchas accidentales”. Pero, cuando es lo permanente lo que peligra, cuando se pone en riesgo la misma permanencia de la Patria, cuando peligra la esencia del ser nacional y la propia unidad de la Patria, esto debe constituir motivo de interés y preocupación urgente para las Fuerzas Armadas.

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
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