Según analista:

Marchas afectan calidad de vida de ciudadanos en la Sede de Gobierno



El experto en exposición organizada por Fundación para el Periodismo y La Paz cómo Vamos.

En un evento coordinado por la Fundación para el Periodismo, el cientista político, Mateo Paz, quien forma parte del observatorio “La Paz Cómo Vamos”, realizó un análisis acerca del modo negativo en que las marchas, bloqueos y medidas de presión afectan la calidad de vida del paceño. Añadió que los grupos u organizaciones que pretenden ser escuchados por el Estado, deben compatibilizar con los ciudadanos de la Sede de Gobierno para realizar sus medidas de presión, sin afectar el modo de vida.

Paz explicó que la Sede de Gobierno es la ciudad con mayor índice de desarrollo de conflictos, respecto a Cochabamba y Santa Cruz. Los daños son evidentes en la economía local y en la seguridad ciudadana de los habitantes paceños.

“Las medidas de presión deterioran los espacios públicos en los que vive el ciudadano. Aunque esta consecuencia sea relativa, es una consecuencia muchas veces inevitable de la cultura latinoamericana. Vemos los parques dañados, las calles sucias y llegando a los extremos cuando hay algunos que utilizan los cartuchos de dinamita, provocando incluso una contaminación acústica”, citó.

Respecto al desarrollo humano, la seguridad ciudadana es afectada por las marchas, especialmente cuando éstas utilizan fuegos artificiales, cartuchos de dinamita y otros explosivos. Los niños y la población en general de ven afectados por posibles lesiones causadas por estos elementos utilizados por los protestantes.

“Cuando las marchas y bloqueos se consolidan perjudican el normal funcionamiento de los colegios, escuelas y universidades, debido a que tanto alumnos y maestros no pueden llegar al lugar a realizar sus actividades”, ejemplificó.

Sobre el desarrollo económico local, el analista explicó que es difícil definir cuantitativamente el daño que provoca un bloqueo o una marcha. Vendedores ambulantes, comerciantes, empresarios y microempresarios se ven obligados, muchas veces, a suspender sus actividades debido a estas medidas de presión.

Por lo tanto, el analista plantea el reto de compatibilizar la política en las calles, con una alta calidad de vida para el ciudadano en el diario de vivir.

“Si bien es necesario que los sectores se pronuncien en caso de que el Estado no los escuche, algunos países han solucionado el tema de las protestas, por medio de leyes. Si los manifestantes dicen, a qué hora van a bloquear, porqué y que calles van a bloquear, se reduciría en más de la mitad, los daños causados al diario vivir del ciudadano”, manifestó a EL DIARIO.

Asimismo, hizo referencia a movimientos de presión que no consiguieron el objetivo de que el Ejecutivo escuchara sus demandas e incluso optara por la posibilidad de desarrollar éstas. Puso el ejemplo de la novena marcha del Tipnis, que llegó a la Sede de Gobierno para dialogar con las autoridades gubernamentales y sin embargo se vio en la necesidad de retornar a su territorio, al no ser atendidos por el Ejecutivo. Otro caso es el de la vigilia realizada por la organización de víctimas de violencia política, instalada frente al Ministerio de Justicia a más de dos meses.

 
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