Más de 50 fraternidades en Farándula de Pepinos

• En el recorrido, la Guardia Municipal realizó controles de seguridad y la Defensoría de la Niñez también estuvo presente para acoger a niñas y niños extraviados


Farándula de pepinos y comparsas puso su toque con alegría y colorido a los carnavales de La Paz.
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Las farándulas de pepinos y comparsas, aunque con algún retraso, exteriorizaron ayer, con alegría y colorido, la celebración del carnaval en La Paz. Los participantes se concentraron en la avenida Montes y procedieron a bajar por la Mariscal Santa Cruz, Camacho y la avenida Simón Bolívar, para concluir en Miraflores, en la calle Wenceslao Argandoña.

Al menos, 50 fraternidades se hicieron presentes para efectuar ese recorrido, con bailes y los juegos con agua y espumas. Pese al clima, que por estar nublado con amenazas de lluvia, no ayudó mucho a las comparsas de jóvenes, pero el entusiasmo y alegría dieron realce a esta colorida y bella festividad.

Entre las fraternidades que se inscribieron para participar en la entrada se encontraban estudiantes universitarios y estudiantes de secundaria, entre aquellos, de las facultades de Derecho y de Administración de Empresas. También intervinieron empresas de limpieza, droguerías y el motoclub Los Marqueses, según informó el jefe de la Unidad de Promoción del Folklore de la Alcaldía, Nicolás Huallpara.

En el recorrido, la Guardia Municipal realizó controles de seguridad y la Defensoría de la Niñez también estuvo presente para acoger a niños y niñas extraviados.

PEPINOS

Los pepinos, con máscaras atractivas y disfraces de todos los colores y tamaños, ratificaron la condición que le confieren al carnaval paceño. Este es el personaje central de la festividad, por el derroche de entusiasmo y simpatía que posee. Aparte de provocar el juego carnavalero al público, se esmera en dar pasos de bailes y piruetas dignas de elogio.

La guardia municipal dispuso la participación en las vías públicas de 164 efectivos, para precautelar la seguridad de la ciudadanía. Este personal fue destinado por turnos para controlar los excesos, ya que estaba prohibida la comercialización y consumo indiscriminado de bebidas alcohólicas.

PREMIOS

Las comparsas de pepinos hicieron todos los esfuerzos para lograr el primer lugar de preferencia, puesto que la comuna paceña dispuso otorgar el premio de Bs 3.500 a la mejor agrupación y 1.500 al segundo lugar; también estaba previo conceder otro premio de Bs 3.500 a la comparsa que exprese mejor nuestras tradiciones y Bs 1.500 a la mejor familia de pepinos, entre otros premios.

REMEMBRANZAS

La entrada actual tiene características distintas a lo que fue su origen. A principios de 1900 la “gente de élite” paseaba en carrozas y echaba mixtura y serpentinas a los espectadores. Hoy, las comparsas están formadas por personas disfrazadas de monstruos, lobos, chacales, momias y los infaltables pepinos.

Entre los años 1940 y 1960, el carnaval de La Paz tuvo singular relieve. En la entrada del domingo de carnaval participaban hasta unos 5.000 pepinos y decenas de comparsas de jóvenes, ataviados con disfraces de gran variedad y atractivo, por su factura y colorido. Además, cada comparsa, que en unos casos eran mixtas y en otras de solo mujeres o varones, estaba acompañada de su propia banda.

Los preparativos para formar las comparsas. De treinta a cuarenta integrantes, más o menos, se realizaban hasta con un mes de anticipación, para dar lugar a la costura de los disfraces, circular las invitaciones a reinas y padrinos y preparar los cánticos que iban a caracterizar a cada una de ellas. Para estos efectos se reunían en casas de algunos de los participantes.

Las comparsas nombraban con la debida anticipación a sus reinas, las que aceptaban daban fiestas en sus casas para recibirlas en los horarios que determinaban ellas, durante los tres días del carnaval que duraba entonces, pues cada una de ellas solían recibir a varias comparsas, a las que les ofrecían platos de comida, o humintas, diversidad de bocadillos y refrescos preparados en las casas con distintos sabores. No se consumían bebidas alcohólicas entre estas comparsas, salvo que en la noche decidieran ir a las fiestas públicas que se efectuaban en distintos lugares de la ciudad.

SALONES DE BAILES

Hubo ocasiones en que el Teatro Municipal se habilitaba para celebrar la fiesta de carnaval con bailes que repletaban sus instalaciones. Igualmente, en el actual cine Monje Campero, se ofrecían en su salón principal fiestas muy animadas.

En esos años, en el edificio Kersul, situado en la céntrica avenida Camacho, funcionaba también en uno de sus pisos un salón de baile para los carnavales, e incluso en otras ocasiones durante el año, con el nombre de Fantasio. Ahí podía consumirse cerveza y otras bebidas alcohólicas.

Aparte de las comparsas que amenizaban el carnaval en el día, en la noche los matrimonios y otros familiares adultos se disfrazaban y concurrían a dichos centros de baile en las noches del carnaval, de viernes a miércoles.

 
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