Publicidad

    



[Ramiro H. Loza]

Para que la memoria no lo pierda


El desarrollo de la Asamblea Legislativa cesante el pasado octubre es un capítulo raro e inédito de los organismos de su serie a nivel macro. Esto ha reflejado un gobierno bicéfalo para mayor desbarajuste del Estado y perplejidad de la población nacional. Se presume que el Legislativo y el Ejecutivo son órganos independientes pero conducentes al servicio común de un país y de la sociedad como conjunto y unidad. No dos poderes escindidos y anarquizados. Las diferencias políticas de los Órganos pueden ser muchas pero se deben al objetivo y a la finalidad del bien común. Contradiciendo el espíritu democrático, contemplamos once meses entre zancadillas del Legislativo y el Ejecutivo.

La Asamblea prorrogada de su mandato cumplido en enero pasado y prescrito constitucionalmente, recibió del Tribunal Constitucional Plurinacional la concesión de su continuidad de acompañante de un Ejecutivo transitorio. Esta prórroga tenía únicamente la misión de gestionar la pandemia en lo que le correspondiese, así como el proceso electoral. Empero los dos tercios legislativos se adjudicaron competencias desmesuradas, pero dirigidas a propulsar la obvia candidatura del MAS, gracias a la condescendencia sospechosa del Tribunal Supremo Electoral de mantener vigente la personería jurídica del MAS, en lugar de activar su anulación por el fraude electoral comprobado por propios y extraños.

La propulsión electoralista consistió en apoyar mediante leyes populistas la progresión de los finalmente candidatos Luis Arce y David Choquehuanca. Si populista es la Asamblea, populistas son los candidatos por ella apoyados, discurrió la masa votante. Los dos tercios tiránicos no hacían otra cosa que seguir su misma huella rayana en la demagogia de los catorce años precedentes.

Si la plétora de este tipo de leyes no eran más que poses politiqueras de mira inmediatista, mayor extrañeza concita lo tornadizo del electorado nacional gestor del triunfo de Carlos Mesa. El 2020 –tan sólo once meses después— se vuelca de un polo a otro; del cenit al nadir, y vota a favor del extremo opuesto. Está claro que en el proceso anterior su preferencia repudiaba la corrupción institucionalizada, el derroche del dinero público y el abuso de poder del MAS en su largo gobierno. Una inconstancia semejante, con la gravedad que entraña, no es virtud en ningún quehacer ni empeño colectivo. Al cambio en las urnas contribuyó, por su parte, la pésima gestión de Gobierno de Jeanine Áñez y su errática candidatura.

También es extraño que los electores no se hubiesen impactado por el bloqueo y destrucción de las carreteras del país que, en realidad, pocos días antes se había desatado y, lo que es peor, impidiendo el paso de oxígeno, acto criminal responsable de la muerte de decenas de pacientes de Covid 19 por asfixia pulmonar a falta del indispensable elemento vital. Este hecho de lesa humanidad pretextaba la realización de prontas elecciones, mas obedecía a las instrucciones de Buenos Aires de promover una escalada subversiva nacional. Evo Morales y sus áulicos no creían en el voto mayoritario a favor de los suyos tras su enorme descalabro político y apostaron de nuevo por la insurrección.

Luego de su victoria de 2020 resurgieron visiblemente dos improntas de típica naturaleza masista. La disputa violenta para ocupar los ministerios, tanto en calidad de ministros, como por copar la burocracia, además de prebendas y ventajas. Para qué hablar de que un familiar del dirigente minero fallecido tiene que ser designado titular de una cartera ministerial. La participación en la “campaña” otorga suficiente credencial para cualquier nivel del gobierno. ¡Al diablo con las carreras, los títulos y la formación académica! El “proceso de cambio” introdujo no sólo este concepto sino que lo aplicó a gusto. Selló así esta inversión valorativa como lo más natural. En consonancia vemos que otra tipicidad del MAS es la fidelidad y obsecuencia de los tribunales de Justicia a los que, de la nada, los promovió a uno de los órganos del Estado. Los mismo, poco antes, bajo los transitorios, encarcelaron a muchos de sus favorecedores. El susto por la vuelta de la tortilla y abriles las puertas de las cárceles todo fue uno. Sin culpa ni pena puedan volver a sus andanzas desde el gobierno. Estamos en presencia de funestas socavaciones en lo social y en lo político.

Los retornados usufructuarios del poder enrostran a los que acaban de precederles de todo cuanto constituye su patrimonio de poder. Ahora son ellos quienes acusan de persecución, corrupción y del resto de su repertorio, sin duda, de rápido aprendizaje por los solamente transeúntes del Palacio Quemado.

loza_hernan1939@hotmail.com

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (798 Kb)      |      



Caricatura

 
Publicidad