Apoyo de familiares triplica movimiento de uniformados


Armadas de banderas bolivianas, wipalas, pancartas y con sus niños en brazos, las esposas, madres, abuelas, hijas y hermanas de suboficiales y sargentos marcharon ayer en La Paz. Mantienen firme su pedido sobre la descolonización al interior de las Fuerzas Armadas, en tanto, en otros departamentos se reúnen en apoyo a pesar de los constantes amedrentamientos.

Tal cual lo habían anunciado, una numerosa delegación de Ponchos Rojos precedían al bloque de mujeres, que para esta marcha triplicaron su presencia producto de las varias delegaciones que se presentaron en nombre de sus esposos que, según explicaron, están retenidos y amenazados bajo sumario.

MILITARES DEL PUEBLO

Edgar Tuco, a nombre de los familiares, dio plazo de 72 horas, al Alto Mando para que los uniformados sean reincorporados, de lo contrario, asumirían medidas de presión para hacer respetar el derecho de sus hijos a los que llamó “militares del pueblo”.

Otra de las esposas informó que había llegado de una ciudad intermedia y ahí, las esposas habían decidido sumarse en Santa Cruz. En Cochabamba, en cambio, se decidió mantener el piquete de huelga ya que los suboficiales estaban amedrentados, por lo cual, les era vital mantener el anonimato.

Acalorada e incómoda, a la altura de la Av. Kollasuyo, una de las madres que peleaba con un gran bulto a la espalda y perseguía a su pequeño, también atendía una llamada en su celular y preguntaba a otro familiar si su hijo había salido a tiempo para la escuela.

En otro sector, cartel delate de la pollera, la abuela de un uniformado reclamaba que su nieto se reincorporado, paren los procesos militares y se cumpla con el proceso de cambio que “Evo” les había prometido y por el cual habían votado en su comunidad cercana al lago Titicaca.

 
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