Controvertido congreso de la COB

La Central Obrera Boliviana, a la que se le atribuye muchos lauros, es el organismo matriz de los trabajadores del país, siendo indudable que se halla en una notoria crisis de convocatoria. Es el magisterio el que le otorga cierto sustento. Santa Cruz fue la sede de un discutido congreso en ausencia de Guido Mitma, su máximo dirigente, quien calificó al evento como “pseudo congreso” y denunció que desde el oficialismo su directorio fue amenazado con la destitución. Se quejó de traición. Mitma, junto a su directorio, imprimió a la COB una ruta de independencia sindical, aunque hubo momentos de indecisión, conducta independiente que debería ser el comportamiento esencial del movimiento obrero frente a cualquier gobierno. Dejó constancia de una actitud digna que seguramente goza de la complacencia de los trabajadores y que crecerá en la medida en la que los nuevos dirigentes se comprometan con el Gobierno, aunque ahora han cambiado los tiempos de comunión general con el proceso de cambio.

La activa participación cobista en las marchas contra el Código Penal derogado, acentuaron las miradas de desagrado del MAS y decretaron el fin de la línea independiente de la COB. Se abrieron las puertas de la manipulación, a la cual se prestan a lo largo de la historia los intereses personales. Está fresca la adhesión al Gobierno del principal dirigente del organismo, Pedro Montes, en ejercicio de su mandato, actual Senador y jefe de la bancada masista de la Cámara Alta.

Cuando el brazo oficialista señaló como blanco a la dirigencia de la COB, se actualizó el paralelismo como instrumento alternativo de los gobiernos para neutralizar los frentes que huyen de su dependencia. El divisionismo es un manido recurso archiconocido, por supuesto, una especie de monstruo de papel llamado a una efímera aparición. Un antecedente de parecidas circunstancias tuvo lugar cuando el dirigente Juan Lechín se apartó del MNR, apareciendo rápidamente la Central Obrera Boliviana de Unidad Revolucionaria, COBUR.

Mitma sucumbió entre los hilos tendidos por la Conalcam que culminaron con el Congreso de Santa Cruz y la formación de un nuevo directorio, se dice afín al Gobierno.