No podemos imaginar una economía moderna sin la función del dinero; la banca e instrumentos financieros.
El desarrollo económico de un país y los avances de toda actividad productiva necesitan de recursos económicos, por lo cual existe la necesidad de demandar los recursos de terceros, que tuvieron la oportunidad de ahorrar.
El financiamiento que necesita la economía fluye precisamente por medio de la banca y otras entidades especializadas; es como la savia o la sangre que asegura no solo el buen funcionamiento de la misma, sino también su desarrollo.
En este sistema están los que generan ahorros y aquellos que demandan financiamiento. Posteriormente están los productos financieros que son ofertados y el mercado donde se desenvuelven. Para que ninguno de los actores sea afectado en sus intereses o se atente contra la economía están las instituciones de control, como la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero en Bolivia (ASFI).
Los principales productos financieros son: dinero en efectivo; depósitos bancarios; préstamos y créditos de diversa modalidad. También se tiene acciones; fondos públicos; y una gran variedad de derivados financieros. Estos títulos pueden ser activos o pasivos. Si una persona debe un préstamo tiene un pasivo; y si una persona tiene una casa tiene un activo. Los productos financieros (activos y pasivos) tienen tres características: liquidez, riesgo y rentabilidad.
Según el Banco de Pagos Internacionales (BPI), el mercado de divisas conocido como Forex (Foreign Exchange) mueve algo más de 6 billones de dólares por día. Y todas las transacciones que se llevan a cabo en los mercados financieros llegan a la astronómica cifra de 10.000 billones de dólares.
Los productos que se movilizan en los mercados financieros son muy arriesgados y no solo para quienes intervienen en ellos sino para el conjunto de la economía que depende de estos recursos para su financiamiento. Aquí es donde aparece el regulador. Es importante que haya instituciones que tutelen y controlen el funcionamiento del mercado financiero, poniendo normas de responsabilidad y transparencia, pues la historia demostró que cuando eso no ocurre o cuando la vigilancia no desempeña bien su función, se producen gravísimos problemas que terminan por afectar al conjunto de la economía, esto ha pasado en Bolivia y el mundo.
Y, ¿qué podemos decir del sistema financiero en Bolivia? El comportamiento del sistema bancario nacional superó el promedio del desempeño de la economía en su conjunto, es decir que ha estado creciendo más rápidamente que el producto interno bruto, con la solvencia y las previsiones que corresponden. La cartera de créditos creció en términos interanuales en 13%, superando en términos absolutos los 21.000 millones de dólares. Según la calificadora de riesgo Fitch Ratings, la cartera presenta “bajos pero crecientes niveles de mora y reprogramación”. Por otra parte, el plazo para mantener un mínimo de 60% de su cartera entre créditos productivos y de vivienda social, que los bancos múltiples deben lograr, vence este año, de acuerdo con la Ley de Servicios Financieros y sus reglamentos, promulgada en 2013. El tipo de interés para este sector es del 6%.
Las captaciones de la banca nacional durante el 2017, pese a las fluctuaciones que se registraron en la gestión, llegaron a un total de 24.100 millones de dólares, un 11,2% más que el año anterior. Respecto al patrimonio del sistema bancario se puede indicar que durante el 2017 llegó a ubicarse en 2.127 millones de dólares, en razón a que la banca nacional reinvirtió el 50% de sus utilidades. En Bolivia se cancela un impuesto a la utilidad de los bancos, que va en cascada hasta aproximadamente un 55%, uno de los más altos del mundo.
El monto negociado por la Bolsa Boliviana de Valores BBV durante la gestión 2017 alcanzó la suma de $12.801 millones. De este total el 84% de las negociaciones está representado por transacciones con Depósitos a Plazo Fijo (DPFs).
El Fondo de Pensiones en Bolivia alcanzó a $14.890.- millones en 2017, con lo cual se garantiza el pago de la jubilación de los bolivianos que aportaron a este fondo. Las inversiones de estos recursos fueron canalizadas mayormente a través de los bancos nacionales.
La banca nacional, cumpliendo normas legales vigentes, aumentó su capitalización -en los últimos años por lo menos el 50% del resultado neto de cada ejercicio- lo que le permitió fortalecer su solvencia y así poder intermediar más recursos financieros.
El autor es Economista, con Post Grado; Ph.D en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina y Académico de Número de la ABCE.
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