Tras la conservación de Nuna y Juki (el jaguar y el jukumari)

En noviembre de 2009, el reptil prehistórico Orkito se apropiaba de la ciudad de Sucre a propósito de los XVI Juegos Bolivarianos. Su elección personificaba la fuerte identidad experimentada por su población en torno al afamado farallón Cal Orko, el mayor yacimiento de huellas de dinosaurio del mundo.

Hoy, después de casi una década, otra competencia deportiva internacional vuelve a nuestro territorio de la mano de dos encantadoras mascotas. Nuna, una jaguar, y Juki, un jukumari abrirán los XI Juegos Suramericanos Cocha 2018.

Con la idea encauzada y porque es un asunto que me atañe desde la perspectiva conservacionista, haré una excepción y les dedicaré algunos párrafos sin otra intención.

Nuna y Juki son las mascotas oficiales de esta competencia deportiva. Las descubrí en el portal virtual de un diario de circulación nacional antes de su divulgación masiva. Fue una grata sorpresa observar sus figuras llenas de simpatía. Resaltan por su originalidad. Como animalista que soy, conquistaron mi “ajayu”.

Cumplirán varios cometidos. Fortalecerán la riqueza cultural de la “Llajta”. Entretendrán a la población con sus diversos matices, presentaciones y animaciones. Promoverán el cuidado de la naturaleza y el turismo sostenible. Serán los mensajeros de la paz, la unión y la armonía entre los países participantes. Y no está demás mencionarlo, procurarán conseguir el mayor rédito económico para la región.

Nacieron gracias a la genial inspiración de un tocayo mío. Nuna exhibe los aros olímpicos en su cola y en sus patas traseras. Juki lleva dos siluetas de Suramérica, una alrededor de cada ojo sobre un fondo albo. Saltaron a la palestra, pues encarnan a dos especies en riesgo crítico de desaparecer.

El jaguar y el jukumari como dignos embajadores de la fauna local y suramericana, son los supervivientes o remanentes de la megafauna que una vez –hace miles de años– existió en esta parte del continente. El momento es propicio para anunciar el actual peligro que afrontan por las crecientes actividades humanas (ganadería, minería, cacería, exploración y explotación de hidrocarburos y ampliación de la frontera agrícola para monocultivos).

No basta con personificarlos con bonitas caricaturas. Apremia la creación de un plan ambiental de preservación a lo largo y ancho de los Andes y la Amazonia (sus hábitats), con el fin de declararlos “Patrimonio Natural del Cono Sur”.

Orkito no sobrevivió por muchos factores, Nuna y Juki –desde el corazón de Suramérica– ¿lo lograrán?