Incahuasi: caja de Pandora

Mientras el “21F” adquiere el olor añejo de los quesos guardados en penumbra, la pertenencia del yacimiento gasífero Incahuasi cobra nuevo vigor al ser reclamada una vez más, como suya, por el departamento de Chuquisaca.

El director del Instituto de Investigación Antropológica y Arqueológica de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, Edmundo Salinas, afirmó: “Chuquisaca tiene dominio territorial en la región donde se encuentra el campo gasífero Incahuasi, desde el período incaico” (“Correo del Sur” - 20 mayo 2018).

Las afirmaciones citadas amplían la discordia entre ambos departamentos, pues desconocen estudios que dan propiedad absoluta de Incahuasi a Santa Cruz y mantienen viva la hoguera donde las instituciones chuquisaqueñas y la población alimentan su cotidiano rencor.

Santa Cruz, por el fallo positivo de Incahuasi y desembolso de regalías prometido, parecería ser el ganador. Sin embargo, no es así. La propiedad del yacimiento distorsiona la nacionalidad para imponer lo regional y crea, a la vez, condiciones de respuesta en los departamentos del área occidental.

El oficialismo tampoco es el vencedor. Chuquisaca enarbola las banderas contrarias al liderazgo del MAS y distancia sus instituciones de este partido, mientras se siente traicionada y hostigada por parte de la vecindad campesina departamental.

Es persistente la consigna institucional chuquisaqueña contra el partido gobernante y tal actitud debe remitirnos al futuro proceso electoral, etapa en la que el oficialismo podría perder la plaza de Chuquisaca.

Si el oficialismo abriría un canal de expectativas en provecho de Chuquisaca, sobre el tema Incahuasi, perdería la plaza de Santa Cruz.

En mejores términos, la problemática de Incahuasi atañe íntimamente a Santa Cruz, Chuquisaca y al gobierno del MAS, pero también influye en la vida nacional, en la nacionalidad y, por supuesto, en el destino de nuestro país.

Reiteramos el peligro de que esta caja de Pandora vierta, de su insondable fondo, episodios violentos más allá de las marchas, los bloqueos y la movilización de grupos humanos regionales.