Devaluacíon argentina afectará a remesas y pagos por gas natural

El primer efecto de la crisis argentina, desatada en mayo pasado, es una posible demora en los pagos correspondientes por la compra de gas, tal como ocurrió en la década de los 90, durante el gobierno de Jaime Paz Zamora, debido a la devaluación de la moneda local en alrededor del 30 por ciento.

“Cuando hay dificultades económicas en Argentina ha habido la experiencia de que los pagos a Bolivia por las importaciones de gas tienden a retrasarse”, dijo el analista y experto presupuestario Germán Molina.

“Esta demora puede ser una de las consecuencias de la falta de liquidez del vecino país, por lo que va a priorizar internamente algunos pagos urgentes, y eso podría afectarnos”, sostuvo. Es posible que se presenten problemas en el pago por la compra de gas, es decir en las transferencias a nuestro país van a tener demoras, con la agravante de que las reservas internacionales están en un proceso acelerado y continuo de pérdida netas en el Banco Central de Argentina.

Dijo que las medidas adoptadas por el gobierno del vecino país significan un shock externo regional que afectará a la economía boliviana, porque la devaluación del peso argentino tendría además otras consecuencias.

MINISTRO GUILLÉN

El pasado 13 de mayo, el ministro de Economía, Mario Guillén, reconoció que la situación en el vecino país es crítica, como consecuencia de “medidas neoliberales en tiempos en que el mundo se está volviendo proteccionista”, pero aseguró que “como ocurrió en otros momentos de crisis de países vecinos, por ejemplo en Brasil, no se sentirá impacto en Bolivia”.

“Lo de la Argentina no debería afectarnos, así como ocurrió cuando la crisis del Brasil, que son nuestros principales clientes en la venta del gas, pero ya el año pasado pedía aumentar el volumen de gas, porque tienen déficit de energía”, aseguró Guillén, según un informe publicado en la página digital de Radio Fides.

De acuerdo con Molina, un segundo efecto en Bolivia se gestó en las ciudades fronterizas de Yacuiba, Bermejo y Villazón, en los que el comercio experimentó una caída considerable, porque con la depreciación del peso argentino, los productos argentinos tienen un menor costo en relación a los bolivianos.

“Esto generará que la actividad comercial se concentre en los puntos fronterizos argentinos y no en los bolivianos, como ocurría anteriormente. Desde principios de mes de mayo, el derrumbe del peso argentino ante el dólar americano afectó a los pobladores de ciudades fronterizas, a comerciantes y al sector privado, porque las ventas se redujeron por la poca afluencia de compradores argentinos.

Dijo también que los ingresos de la población que viven en las ciudades fronterizas dependen del comercio, turismo y casas de cambio, que debido a la crisis económica del vecino país fueron impactados negativamente.

OTRAS CONSECUENCIAS

En el análisis del experto presupuestario, Germán Molina, el tercer impacto está relacionado al movimiento de capitales que hacían los ciudadanos argentinos en zonas fronterizas bolivianas, sin embargo, afirmó que habría que esperar algunos días para determinar esa situación.

Anticipó que el cuarto impacto será la reducción de remesas que introducen al país los migrantes bolivianos que trabajan en Argentina, puesto que, con la caída del peso, la cantidad de dólares que estos puedan adquirir será menor.

Durante el período 2016-2017 las remesas enviadas de la Argentina aumentaron $us 10 millones que representó 7,1 por ciento de incremento y ocupó el tercer lugar de origen de envío de fondos, siendo el primero España y segundo Estados Unidos.

Manifestó que el grado de vulnerabilidad de nuestra economía ante los shocks externos regionales como el que acontece actualmente por la crisis económica de la Argentina, se podrá cuantificar durante el segundo semestre 2018. “Es importante que las autoridades gubernamentales realicen un monitoreo continuo de los referidos efectos desfavorables en la economía boliviana y asuman medidas de ajuste que correspondan”, indicó.

AHORROS

Las medidas de política económica asumidas por Argentina para enfrentar la crisis económica tendrán un efecto en el corto plazo de un menor crecimiento de su economía, debido a la decisión del Banco Central Argentino de subir fuertemente la tasa de interés de política monetaria hasta el 40 por ciento como medida para contener la inflación ante la brusca depreciación del peso argentino.