Testigos acusan a policías de “omisión de socorro”

“Los policías nos han dado la espalda, han gasificado, el compañero necesitaba aire en ese momento, pero qué han hecho… han disparado, volvimos a cerrar la puerta para que no entre el gas”, relató una testigo.

(agencias El Diario).- El estudiante de la UPEA, Jonathan Quispe Vila, tras ser herido por una canica disparada por un efectivo policial escapó hacia una vivienda particular, desde ahí sus compañeros suplicaron a los efectivos policiales que lo auxilien, pero los uniformados los gasificaron y se rieron de ellos, cometiendo probablemente omisión de socorro, según relatan testigos que estuvieron en el lugar del hecho. Autoridades de Gobierno no hicieron referencia alguna sobre este supuesto delito hasta la fecha y tampoco establecen si más funcionarios policiales podrían ser procesados.

La víctima junto a más 24 personas, 19 mujeres y más de cinco varones, según datos de la Policía, ingresó al pasillo de una vivienda particular ubicada en la calle Martin Cárdenas y 11 de Junio, donde se presume que se desvaneció.

Una testigo revela momentos de desesperación, porque eran gasificados y rodeados por la Policía, por ese motivo se escondieron en el pasillo de una vivienda y Jonathan como otros ingreso corriendo al lugar, según un audio al que accedió.

De acuerdo a los videos proporcionados por la propia UPEA, se evidencia que cuatro minutos después que ingresó Jonathan Quispe al pasillo, donde se refugiaron, empezaron a salir los manifestantes con la finalidad de solicitar auxilio para Quispe. Varias personas, entre ellas un docente de Comunicación Social, que se encontraba al interior del pasillo, realizaron llamados continuos, pero ninguno de los pedidos fue atendido por efectivos policiales de Radio Patrullas 110.

Posteriormente el núcleo de policías de la UTOP La Paz que estaba comandando por el subteniente Cristian Casanova, hoy procesado por el delito de asesinato, se aproximó a la calle San Martín a despejar la vía y ante la presencia de universitarios y pedidos de socorro por la existencia de una persona herida, ninguno de ellos y menos quien comandaba la operación atiendió el pedido, cometiendo el delito de “omisión de socorro”, sancionado por el Código Penal Boliviano.

Este aspecto no fue tomado en cuenta hasta ahora ni por el Comando General de la Policía ni por los representantes de la Fiscalía dirigida por Ramiro José Guerrero ni Edwin Blanco, ambos presentes en la conferencia de prensa del pasado 29 de mayo.

En tanto, la abogada de la defensa de la familia, Paola Barriga y abogados de la Universidad Pública de El Alto, reiteraron que la comisión de delitos, que involucran a miembros de la Policía Boliviana, como se dio a conocer el pasado 28 de mayo.

Además se tomará en cuenta el haber negado el socorro permitiendo que la víctima de disparo de escopeta fallezca en el interior del pasillo y su cuerpo sea trasladado en un minibús por sus compañeros.

La querella contra todos los autores intelectuales y materiales presentada por la UPEA establece: “Por los delitos de asesinato conforme al artículo 252 numeral 3 del Código Penal boliviano, la responsabilidad del órgano representante, es decir que aunque no haya participado de manera directa el Comandante Regional de la UTOP, el Comandante departamental ni el Comandante Regional de la Policía, o el Ministro de Gobierno, son responsables por impartir órdenes a la tropa.

El delito es complicidad y encubrimiento, porque desde el momento en que se emite criterios esta Cartera y se dispone replegar a las autoridades policiales, se comete encubrimiento, se habla de asociación delictuosa, por el uso de armas letales, tenencia uso y portación de armas no convencionales, para dispersión de manifestantes, incumplimiento deberes y denegación de auxilio o socorrer, pese al pedido de los universitarios a efectivos policiales”, detalló el director jurídico de la UPEA, Víctor Campo.

El pasado 24 de mayo durante una movilización en El Alto los estudiantes de la UPEA fueron reprimidos con agentes químicos por efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones (UTOP), cuando escapaban, entre ellos, el universitario Quispe fue impactado por una canica disparada presuntamente por un policía, perdiendo la vida en un pasillo próximo al edificio de la Procuraduría General del Estado.