Las pérdidas de las empresas estatales

Es cierto que la mayoría de las empresas de propiedad del Estado registra pérdidas de consideración, pero también no es menos cierto que las autoridades prestan poca atención al respecto o simplemente no informan. La industrialización del país, monopolizada por el Estado, tiene eficacia limitada y, por otro lado, resiste y frena la iniciativa privada, que es más importante que la estatal.

Los datos numéricos oficiales acerca del movimiento financiero de las firmas estatales son alarmantes. Al respecto, el Ministerio de Economía señaló que administra catorce empresas de propiedad del Estado, algunas de ellas de magnitud y en funcionamiento, aunque algunas no operan con eficiencia. De esas catorce entidades, once trabajan a pérdida y tuvieron 30 millones de bolivianos de ingreso. Solo las que generaron energía eléctrica o venta de hidrocarburos registraron alguna dinámica en su capital y cuando las cotizaciones internacionales de las materias primas (gas, estaño) fueron altas, con la desventaja de que no generan empleo.

Cuando los precios del gas eran altos, las empresas estatales tenían importantes ganancias y no así cuando cayeron los precios, lo cual revela que la economía boliviana no depende de sus propios esfuerzos, sino del mercado internacional. En efecto, cuando esos precios son altos, las empresas estatales registran beneficios y, al contrario, cuando las cotizaciones son bajas, registran pérdidas, lo cual demuestra que Bolivia sigue dependiendo de la producción de materias primas de exportación, situación que no ha cambiado en relación con el siglo pasado.

Así, Bolivia sigue viviendo, como hace 300 años, en alto o mayor porcentaje en condición colonial, estado de dependencia que no se reduce, sino más bien crece. Los números son reveladores de esa realidad. Según el Ministerio de Economía en el año 2014 las utilidades de las empresas estatales llegaron a 7.311 millones de bolivianos, pero el año 2015 esas ganancias cayeron a 1.777 millones de bolivianos. Esa caída (paralela a la baja de los precios internacionales), llegó hasta 941 millones de bolivianos en el año 2015, o sea a la mitad del 2015.

Sin embargo, considerando la dependencia de los precios en relación con el mercado interno, en 2017 hubo alguna recuperación y se obtuvo 1.723 millones de bolivianos, cifra aún distante de la de 2014. Esa situación colonial no ha variado sustancialmente en los últimos doce años del presente siglo.