Boliviano Julio César Valda inmortaliza al “Rey del Pop”

Diez años después de la muerte de Michael Joseph Jackson, la influencia del “Rey del Pop” se mantiene más vigente que nunca, pues en Bolivia, como en otros lugares del mundo, su legado es inmortalizado por una valiosa colección del boliviano Julio César Valda, quien desde 1979 logró recolectar 400 artículos que prácticamente resumen la vida de este artista estadounidense extraordinario.

En visita realizada por EL DIARIO a la exposición de homenaje en la Casa de la Cultura de la Ciudad de La Paz, se pudo percibir un ambiente especial que transportaba al pasado con mucha facilidad, permitiendo revivir emociones de grandiosas presentaciones que en vida transmitió el cantante, compositor, productor discográfico, bailarín, actor y filántropo.

El salón de exposición mostraba en sus muros una variedad de discos antiguos de vinilo, decenas de cd’s y casetes, libros, revistas, cuadros, fotografías, afiches, muñecos y réplicas de las chaquetas que identifican diferentes momentos vividos por Michael Jackson.

En la muestra no faltaron los videos de sus numerosas presentaciones que quedaron grabados en los corazones de sus seguidores. Julio César Valda, un apasionado más de esta experiencia, es poseedor de una de las mayores colecciones sobre el artista en Suramérica, que permiten recodar el legado inmortal de esta leyenda de la música del pop.

Valda nos contó que su exposición denominada “El legado de Michael Jackson-Diez años de inmortalidad”, que finalizó ayer, estuvo dirigido principalmente a mostrar lo que significa este artista extraordinario y su trayectoria, para que las nuevas generación tengan conocimiento de su producción musical y material.

Por otro lado, también destaca el elemento espiritual de Jackson que buscaba un mundo mejor, que al mismo tiempo fue un luchador incansable del cuidado del planeta, el buen trato a la humanidad, principalmente a los más débiles y a los animales. Recordó que en una de sus canciones decía: “Que debemos mejorar el mundo, empezando por uno mismo” y que no solo se debe esperar que otros lo hagan.

COLECCIÓN

Valda dijo que es la segunda vez que muestra al público su colección, motivado entre otras cosas en que “la gente conozca la discografía de Jackson”, más allá de sus álbumes más populares.

“A veces las nuevas generaciones piensan que Michael Jackson solamente es el álbum ‘Thriller’, ‘Dangerous’, ‘Bad’ o ‘History’, es un artista que tiene una trascendencia que parte desde 1968”, recordó.

La exposición también incluye aquellos que hizo con sus hermanos, The Jackson 5, o los sencillos realizados junto a “grandes artistas” como Paul McCartney y Diana Ross.

Además, sostuvo que Jackson siempre apostó por la evolución de distintos soportes, desde los “cartridges” o cartuchos de los años 1970, pasando por los vinilos, casetes y cd’s, hasta llegar a otros más actuales como los DVD, disco Blu-ray y dual disc.

En cuanto a la vestimenta, su colección tiene las réplicas de las chaquetas más emblemáticas del “Rey del Pop”, como la negra con detalles plateados de la gira “Bad”, o la que lleva cinturones dorados metálicos que le caracterizó en el Dangerous World Tour.

Los muñecos de distintos tamaños no faltaron en la exposición que muestran a Jackson en sus poses más célebres, como el paso “antigravedad” exhibido en “Smooth Criminal”, o vestido con el atuendo rojo con negro de “Thriller”.

Además, la colección expone las diferentes poleras que utilizó en sus presentaciones, libros y revistas que forman parte de una colección de 40 años continuos y que estos elementos no se pueden conseguir de la noche a la mañana.

PASIÓN

“Cuando uno tiene una pasión grande, entre los coleccionistas, no nos fijamos, no hacemos cuentas, no hacemos números, nuestra pasión es que simplemente nos gusta un artículo de un artista y lo adquirimos para que forme parte dentro de nuestra colección”, manifestó Julio César Valda.

Sostuvo que empezó a coleccionar en 1979, siendo adolescente compró un disco y otro, hasta sumar los 400 artículos. Además, dijo sentirse satisfecho de tener una colección del artista de su admiración, que al mismo tiempo le permite también compartir con la gente, pueda observar y sacarse fotos.